El proceso que se inicia hoy tratará de aclarar si los clientes del grupo belga habían sido suficientemente informados de los riesgos que implicaban los productos bancarios que habían adquirido. Las pérdidas dentro del proceso Citibank se calculan en torno a los 128 millones de euros.
La acusación asegura que la entidad belga difundió «información engañosa» y utilizó «estratagemas» para transformar cuentas de ahorro clásicas en productos estructurados emitidos por Lehman Brothers.
Asimismo, asegura que Citibank ha ofrecido a algunos de los afectados llegar a «acuerdos amistosos» si retiran sus denuncias, pero de momento todas han sido mantenidas.
El caso Citibank ha reabierto en Bélgica el debate sobre los productos estructurados, que empezaron a tener presencia en el país en el 2000, y el desencadenamiento de una crisis financiera y económica con origen estadounidense.
Hasta ahora sólo una pequeña parte de los 4.000 afectados (menos del 5%) han recuperado sus ahorros, al reconocer los servicios jurídicos de Citibank que en esos casos la entidad no había respetado el procedimiento de comercialización.