Dentro de los combustibles de automoción, la demanda de gasóleo cerrará el año en 34,13 millones de toneladas, un 3,37% menos que en 2008, y seguirá cayendo un 0,14% en 2010, para recuperarse en 2011, cuando aumentará un 1,78%. En 2013, el país consumirá 36,6 millones de toneladas de gasóleo, por encima de los 35,3 millones de 2008.
En cuanto a la gasolina, 2009 concluirá con una fuerte caída, del 11,2%, hasta 5,58 millones, y hasta 2013 no dejará de descender el consumo de este producto, a razón de un 7,88% en 2010, un 5,04% en 2011, un 3,48% en 2012 y un 3,26% en 2013.
En el modelo utilizado por la CNE se toma como base la previsión de que el PIB bajará un 3,6% en 2009 y un 0,03% en 2010, tras lo que aumentará un 1,8% en 2011, un 2,7% en 2012 y un 2,7% en 2013. El barril de petróleo costará una media de 67,39 dólares en 2010 y de 74,6 dólares en 2011.
Además, se recoge un «análisis de sensibilidad», en el que se condiciona la evolución de la demanda a los resultados del PIB y de los precios del crudo. Por cada subida o bajada de 0,5 puntos de PIB, la demanda de productos petrolíferos varía al alza o a la baja en 1,4 puntos. Junto a esto, por cada diez por ciento que suba el precio del barril de crudo, la demanda se contraerá en 0,1 puntos, y viceversa.
Para diseñar este modelo de previsión de la demanda, la CNE eligió en 2007 entre varias universidades a la de Castilla-La Mancha. El regulador y esta institución han ido coordinando desde entonces el diseño de este proyecto, que responde a la necesidad del organismo presidido por María Teresa Costa de contar con datos acerca de la evolución del consumo de productos petrolíferos.