«El anuncio por parte del Presidente Obama del envío de treinta mil efectivos más a Afganistán, debe ser finalmente considerado como una indicación de que no piensa abandonar el territorio hasta que el proyecto se dé por concluido. El retraso sobre la decisión de contribuir con nuevas tropas, se ha cobrado su precio con la pérdida de vidas humanas. El gobierno corrupto de Karzai, tampoco ha ayudado a proporcionar un alivio a los serios problemas a los que Afganistán se enfrenta. Obama ha solicitado más tropas a los aliados de la OTAN, tarea nada fácil. El Reino Unido se ha comprometido a enviar quinientos soldados más, además de los nueve mil quinientos que tiene ya en territorio afgano. Francia, por su parte, ha dicho que no enviará más, aunque se compromete a ayudar con entrenamiento. Italia, España, Polonia, Turquía, Georgia y otro puñado más de naciones europeas, se esperan que se comprometan de alguna manera. El Presidente Obama parece haber aprendido la lección que la campaña de Irak le dio: para poder retirarse, primero hay que conseguir más».