El subsecretario general del sindicato Unite, Len McCluskey, indicó que la decisión se tomó con «congoja», aunque Unite sigue dispuesto a evitar la huelga si se consigue un acuerdo con la empresa.
La Asociación de Azafatas y Azafatos de Aerolíneas Británicas, una sección de Unite, se expresó en términos similares: «Estamos muy tristes -dijo la asociación en un comunicado-, por haber llegado a un punto en el que debemos tomar medidas industriales para que se escuchen nuestras voces, pero no hemos tenido elección».
«No queremos causar ningún inconveniente, por lo que incluso en este momento ofrecemos la oportunidad de impedir ese trastorno», agregaron las azafatas.
En una nota, la empresa se declaró «muy decepcionada de que Unite planee un trastorno masivo para cientos de miles de nuestros clientes durante el periodo de vacaciones de Navidad y Año Nuevo».
BA considera la huelga «completamente injustificada» y criticó «la decisión cínica de Unite», porque representa una «falta total de preocupación por nuestros clientes, nuestro negocio y otros empleados de British Airways».
La disputa tiene su origen en el descontento de los trabajadores con los recortes de plantilla de la empresa y una serie de cambios contractuales que, según los sindicatos, no se han acordado con los empleados.
El pasado mes, British Airways anunció planes para eliminar 1.200 puestos de trabajo con el fin de reducir costes, al tiempo que quiere reducir el número de personal de cabina en viajes de larga distancia y congelar los sueldos durante dos años.
BA argumentó la necesidad urgente de disminuir los costes para sanear su delicada situación financiera.
En el primer semestre del año, la aerolínea divulgó unas pérdidas de unos 321 millones de euros, las peores pérdidas trimestrales en la historia de la compañía.