El presidentes de los populares no ha omitido referencias a la Conferencia de Presidentes celebrada ayer en el Senado, que terminó sin acuerdos, pero sobre todo ha comentado la actuación de Zapatero, pues a su juicio puso de relieve «otro más de sus tics autoritarios» al reprochar al PP que no se sumase a sus propuestas. Para Rajoy, el jefe del Ejecutivo confunde «la lealtad con la adhesión inquebrantable».
Rajoy también criticó que el Gobierno entregara el documento sobre economía y empleo al mediodía. «No se puede convocar una conferencia, no preguntar a nadie por nada durante tres años, para luego situarles de figurantes en una operación de marketing», se quejó.
El líder de la oposición recalcó que los acuerdos «se hacen sobre contenidos» y «propuestas concretas» y «no sobre el aire». Por eso, dijo que si el Ejecutivo quería pactos tiene que «trabajarlos con un mínimo de rigor y no entregarlos a las tres de la tarde».
Según Rajoy, sus palabras ayer en la rueda de prensa después de la Conferencia de Presidentes le recordaron a las que el propio Zapatero empleó para «arremeter» contra los empresarios, una vez suspendido el proceso de diálogo social.
Por ello, Rajoy ha pedido al presidente del Gobierno que para conseguir pactos «se olvide de pataletas y prepare mejor los asuntos, si es que quiere acuerdos».
El líder de los populares ha felicitado en dos ocasiones a los presidentes autonómicos de su partido, toda vez que han conseguido «poner en evidencia la frivolidad, la ligereza y la falta de criterio» del jefe del Gobierno.
De la felicitación a los barones del PP se desprende, a su juicio, que ayer actuaron con «responsabilidad» en «defensa de la dignidad» de la representación del partido.
La «frivolidad» de Zapatero quedó demostrada, en opinión de Rajoy, en la manera con la que procuró obtener un acuerdo: después de dos años sin convocar a los mandatarios autonómicos y ni siquiera «preguntarles» no es posible que un presidente del Gobierno quiera rubricar un pacto casi inesperadamente.
Para el líder del PP, Zapatero pretendió colocar a los presidentes autonómicos de su partido como «figurantes de una operación de maquillaje».