Fuentes del Museo Louvre, que no confirmaron los contratiempos, señalaron a Efe que el acceso por la famosa pirámide de vidrio del arquitecto estadounidense Ieo Ming Pei es el «único cerrado al público». La «casa» de grandes obras de arte como La Gioconda o la Venus de Milo no apoyó el movimiento sindical, al permitir la entrada a los cientos de visitantes que la frecuentan diariamente, mientras que ayer, por el contrario, estuvo cerrado.
El Palacio de Versalles, por su parte, no permitió el acceso a los turistas que se acercaron a esta localidad del suroeste de París, que se tuvieron que conformar con la visita a los jardines que rodean la construcción clasicista.
La Dirección de Museos de Francia informó en un comunicado que en la tercera jornada de huelga «seis museos nacionales están totalmente cerrados», tres de ellos en París (Centro Pompidou, Museo de Orsay y Museo Nacional Gustave Moureau). Las asambleas generales de personal se celebran a lo largo del día en los diferentes museos y monumentos públicos afectados para decidir el seguimiento de la huelga o la apertura de los centros artísticos.
Museo de Orsay o las torres de Nôtre-Dame
Las movilizaciones sindicales para protestar por la reforma del Gobierno francés, iniciadas el miércoles, fueron tibiamente secundadas por el Museo del Louvre y por el Palacio de Versalles, importantes epicentros turísticos, que apenas registraron perturbaciones.
Por el contrario, los trabajadores del Museo de Orsay y de concurridos monumentos como el Arco del Triunfo, la Sainte-Chapelle o las torres de Nôtre-Dame se sumaron a las protestas, avanzadas días antes por los empleados del Centro Pompidou. La protesta está convocada por la intersindical del Ministerio de Cultura en protesta por los recortes presupuestarios y las supresiones de empleo previstos dentro del plan de Revisión General de las Políticas Públicas (RGPP) del Gobierno francés.