Para Simon Capewell, uno de los autores del estudio, la mitad de las muertes previstas podría evitarse si la gente comiera de forma más sana y dejase de fumar. Desde los años 70, las tasas de fallecimientos por estas enfermedades han descendido la mitad, gracias a reducciones de colesterol, de tabaco y al aumento de la actividad física, recordó el informe.
No obstante, desde los años 90, estos logros se han frenado, debido al repunte «dramático» de la obesidad y por lo tanto de la diabetes, así como por la subida de la tensión arterial en las mujeres.