Afganistán: inversión de ruta (por Franco Venturini)

«El cambio se debe a experiencias anteriores (general Petraeus) y a constataciones realistas (esta guerra no podrá ganarse en el campo, las opiniones públicas occidentales son cada vez más hostiles a ella y hay una serie de circunstancias que podrían resultar favorables). Se piensa que un buen número de talibanes, presionados en el plano militar y estimulados por recompensas al contado, puedan decidir deponer las armas y aceptar la confrontación política con el gobierno de Kabul. Ello conduciría al aislamiento de Al Qaeda que resultaría más vulnerable. Hillary Clinton niega que se trate de una nueva exit strategy, pero la suya es una mentira diplomática. Además, Obama ha prometido que la retirada comenzará en 2011 y desea llevarla lo más adelante posible antes de las próximas elecciones presidenciales, como lo desean los demás aliados. El problema consiste en que, una vez más, se corre el riesgo de vender la piel del oso antes de cazarlo… Los comandantes talibanes han respondido ya negativamente. No obstante, más que el dinero podría convencerlos una ocasión ya evidente: la de acelerar la retirada de Afganistán de las tropas extranjeras».