«Queremos asegurarnos de que los canales de comunicación con los Gobiernos están abiertos, afirmó en una rueda de prensa previa la presidenta de la BCC y representante de Burberry en España, Karen Stock.
Entre otros, participaron en la cita los directores o consejeros delegados del Abbey-Santander, António Horta-Osório; Iberia, Antonio Vázquez; FCC, Baldomero Falcones; Teléfonica, Calos López; la Caixa, Juan María Nin; o Ferrovial, Nicolás Villén.
Entre los británicos, estuvieron presentes los directores ejecutivos de British Airways, Willie Walsh; de la aseguradora médica BUPA (Sanitas), Ray King; y Robin Phillips, del banco HSBC.
En representación del Gobierno británico acudieron el secretario de Estado para Europa, Chris Bryant, y el de Comercio, Mervyn Davies of Abersoch, mientras que, por parte española, acudieron los diputados Félix Larrosa, Soledad Becerril y Jordi Xuclá.
Uno de los moderadores del evento fue el británico lord Daniel Brennan, quien señaló la importancia de estrechar los vínculos entre dos países que, aunque tal vez en los últimos años se hayan distanciado por sus respectivas políticas exteriores, en la actual situación de crisis comparten muchas circunstancias.
Los dos se han visto gravemente afectados por la recesión y han presenciado como explotaban sus burbujas inmobiliarias, si bien en el caso de España ésta llegó a suponer más de un 15% de su Producto Interior Bruto (PIB), frente al 9% en el Reino Unido.
En contrapartida, Gran Bretaña, que acaba de salir técnicamente de la contracción con un crecimiento del 0,1% en el último trimestre del 2009, es mucho más dependiente del sector financiero e invirtió billones de libras en rescatar al sector, con el coste de un alto déficit que se calcula que este año llegará a 178.0000 millones de libras –unos 203.000 millones de euros-.
Stock, de la BCC, reconoció a los periodistas que, para las empresas británicas establecidas en España, una de las principales preocupaciones es la falta de flexibilidad del mercado laboral, así como la educación universitaria, «que no satisface las necesidades de la empresa».
La excesiva burocracia y regulación es una inquietud para los negociantes de los dos países, y a las empresas españolas ubicadas en Gran Bretaña les preocupa sobre todo «la estabilidad monetaria, debido a la fluctuación de la libra, y los tipos de interés.
Todos quisieron transmitir a los Gobiernos la necesidad de «medidas urgentes y concisas» para salir de la crisis.
Nicolás Villén, consejero delegado de Ferrovial aeropuertos, dijo que es importante ver «cómo se puede mejorar la presencia de las empresas españolas en el Reino Unido y de las británicas en España».
Por su parte, el consejero delegado de British Airways, Willie Walsh, uno de los pilares de la fusión con la española Iberia, manifestó antes de la reunión que «hay muchas cosas que los Gobiernos podrían hacer para estrechar la relación empresarial entre los dos países y mejorar el clima de negocio».
«Pueden, por ejemplo, simplificar la regulación, facilitar las cosas a las empresas, recortar la burocracia que a todos nos cuesta dinero, sugirió.
«Tengo la confianza de que los Gobiernos escucharán lo que las empresas tengamos que decirles y nos facilitarán las cosas, añadió, para precisar que él particularmente no tiene ninguna propuesta en cuanto a flexibilizar la normativa laboral, pese a las dificultades que afronta BA para recortar su plantilla ante la crisis.