Sin contar la deducción actual (15% de las aportaciones hipotecarias anuales, con un máximo de 9.015 euros), el esfuerzo realizado por las familias para comprar su hogar sube al 35,9%.
Este esfuerzo económico sin deducciones es casi 17 puntos más bajo que cuando se registró la tasa más alta en el tercer trimestre del 2008, momento en el que alcanzó el 52,6%.
Este año será el último para poder beneficiarse de dicho beneficio fiscal, ya que a partir del 2011 esa deducción se limitará a las rentas inferiores a 24.107,20 euros, medida que no afectará a quienes hayan adquirido la vivienda antes de esa fecha.
De momento y contando las deducciones, las familias que compraron una vivienda en el 2009 necesitarán los ingresos brutos de 6,9 años para pagar su piso o casa frente a los 7,2 años que se necesitaban en el 2008.
Teniendo en cuenta que al cierre del año el precio del metro cuadrado era de 1.892,3 euros (según datos del Ministerio de Vivienda), quienes compraron casa en ese periodo pagaron 177.403,1 euros por una vivienda tipo de 93,75 metros cuadrados, base sobre la que el Banco de España elabora su estadística.
Un año antes, dicho importe casi alcanzaba los 190.000 euros, lo que refleja un abaratamiento que se debe a la caída del precio de la vivienda, que en el 2009 se redujo el 6,3% respecto a un año antes, según el Ministerio de Vivienda
Además, los tipos de interés también sufrieron una rebaja en el 2009, hasta situarse en el 3,4%, frente al 5,8% al que se mantuvo de media en 2008, tal y como reflejan los datos del Banco de España.
Según los datos históricos del organismo supervisor, el porcentaje de la renta bruta anual que las familias dedican a comprar su vivienda ha subido desde el mínimo del 20,1% alcanzado en septiembre de 1999 hasta el máximo del 42,5% al que ascendió en el tercer trimestre del 2008.
Para calcular el esfuerzo financiero necesario para comprar una vivienda, el Banco de España utiliza el importe de las cuotas que tiene que pagar el hogar mediano en el primer año tras la adquisición de una vivienda tipo financiada con un préstamo estándar por el 80% del valor de la casa.