Barreda opinó que la disposición que señala la organización terrorista a «dar los pasos que sean necesarios para favorecer el cambio político», constituye «palabrería inútil, pretensiones de distraer lo que debe ser la determinación de los demócratas para combatir» a ETA.
A su juicio, con el asesinato del gendarme «se puso de manifiesto la realidad de ETA una vez más y el alcance también de tanto canto de sirena como venimos oyendo en los últimos meses».
Según consideró, «Batasuna ha quedado en evidencia» y «ha quedado claro que siguen siendo parte de ETA, subordinados a ETA obedientes a ETA».
Barreda se reafirmó «en la voluntad democrática de derrotar» a la organización terrorista desde «la democracia y con toda la fuerza de la ley», según dijo.