Cuesta se expresaba de esta forma en el pleno del Congreso al preguntar al ministro de Justicia, Francisco Caamaño, sobre la política del Gobierno en la lucha contra los delitos sexuales, en especial a los que tienen a menores como víctimas y en referencia a unas afirmaciones realizadas por Cañizares en Ávila el pasado día 18.
Durante su intervención, Cuesta ha asegurado que en este asunto «no valen hipocresías», ya que se trata de un bien jurídico que tiene una dimensión especial.
El diputado socialista se ha referido asimismo a las críticas de la Iglesia a la reforma de la legislación sobre el aborto recientemente aprobada por las Cortes.
«Yo les diría a los que descalifican las leyes de un Parlamento democrático, a ellos, a estas personas, les digo que con sus mismas palabras, con las palabras que han usado, que cualquier comprensión, cualquier componenda por tibia que sea es una licencia para violar», ha concluido el presidente de la Comisión de Justicia del Congreso.
Cañizares, que hizo unas declaraciones a los periodistas minutos antes de convertirse en el primer doctor Honoris Causa de la Universidad Católica de Ávila (UCAv) que él mismo fundó en 1996, comentó que desde Roma esas noticias «se ven desde la fe».
«Decir desde la fe es decir que la Iglesia, el Papa… nadie se va a arredrar, se va a echar atrás en lo que es fundamental: el anuncio del Evangelio de Jesucristo; el testimoniar que sólo Dios es el futuro del hombre», ha sostenido el cardenal.
Desde su punto de vista, «esto es una llamada a que la Iglesia sea cada día más santa en todos sus miembros y que además todos vuelvan su rostro hacia Dios», que a su juicio es «el futuro de la humanidad», porque «una humanidad sin Dios no tiene ningún futuro». «Ya vemos cómo están… Incluso a través de estos ataques están intentando que no se hable de Dios, sino de otras cosas», ha añadido al respecto.
Preguntado si existe una preocupación por la proliferación de estas denuncias, Antonio Cañizares ha respondido: «No preocupa excesivamente, porque nosotros estamos asentados sobre la cruz de Jesucristo, que siempre es salvación y victoria (…) es la esperanza de un amor que está por encima de todo».