Fernández Ordóñez avisó, la semana pasada, a Unicaja, aunque de forma indirecta, al llamar la atención, de forma rotunda y grave a «aquellas entidades que están retrasando la reestructuración del sector y ponen en riesgo a ellas mismas y al resto del sistema financiero».
El proceso de fusión de la entidad cordobesa con Unicaja se encuentra prácticamente bloqueado. Ambas partes se han tomado «vacaciones» esta semana pasada y no se volverán a reunir hasta la semana que viene, en un encuentro con los responsables del Banco de España «para analizar el estado de las negociaciones de fusión», según señalan en Unicaja.
En la Junta de Andalucía, mientras tanto, tranquilizan los ánimos y su consejero de Economía, Antonio Ávila, aseguraba este lunes que «no entra dentro de las previsiones del gobierno autonómico una intervención de Cajasur por parte del Banco de España».
El Instituto Emisor, por su parte, deja bien claro que entre sus competencias figuran la de intervenir las entidades financieras en crisis «aún con la oposición de la autonomía y del parlamento regional competente». Así de rotundos están en el caserón de la plaza de Cibeles.
Pérdidas
En los últimos meses, Cajasur ha perdido más de 2.000 millones de euros en su balance, fruto de los saneamientos, desinversiones y pérdidas. Según datos de la Confederación de Cajas de Ahorro, CECA, Cajasur ha perdido un 10% de sus activos pasando de 20.000 a 18.000 millones de euros y ha registrado unas pérdidas de explotación de 596 millones, equivalentes al 3,1% de su activo.
En su último informe de estabilidad financiera, el Banco de España describe un plan de actuación sobre la entidad cordobesa en el cual, si ésta lleva a cabo un duro ajuste y una profunda reestructuración, el Fondo de Garantía de Depósitos inyectaría una cantidad de dinero suficiente «para proteger sus activos», con el límite de 550 millones de euros y un plazo de cinco años.
El problema sigue residiendo en la actitud de los directivos de Cajasur, que no acaban de asimilar las condiciones impuestas por Braulio Medel para asumir el quebranto de su posible nuevo socio.
La Caja de Ahorros de Córdoba paga, este martes, el cupón correspondiente a las participaciones preferentes emitidas en el año 2000 por valor de 150 millones.
La operación ha recibido el visto bueno del Banco de España, según señalan en la caja con sede en Córdoba. Mientras tanto, se ha generado cierto malestar en el sector por considerar que esta fusión se comerá la mayor parte del Fondo de Depósitos de las cajas, estimado actualmente en 900 millones de euros.
Precisamente Fernández Ordóñez maneja la posibilidad de que las cajas aporten más dinero para el Fondo mediante la emisión de nuevas participaciones preferentes por valor de 12.000 millones de euros.