La vicepresidenta subrayó que la voz de las mujeres «tiene que oirse más alto que nunca» y consideró que, quién mejor que las mujeres africanas, para alzarla porque «siempre se mantienen en primera línea».
En su opinión, la discriminación «no es el camino del mañana» y no lo es en ningún lugar del mundo «en ningún rincón de nuestros países ni de nuestras casas» y mostró su convicción de que las millones de mujeres africanas «nunca volverán a ser silenciadas».
«No toleramos ninguna mordaza», dijo De la Vega.
Reconoció que en estos momentos «difíciles», la crisis no se puede convertir «en una nueva máscara del privilegio» ni en «una coartada para frenar nuestro avance, para retroceder en nuestros derechos».
En este sentido, la vicepresidenta recalcó que la igualdad no es sólo una cuestión de justicia, porque es «una certeza» de progreso económico y social.
Apostó por seguir avanzando no a pesar de la crisis sino salir «más y mejor de ella» y «para dejarla de una ver por todas y definitivamente atrás».
En su opinión, el avance en igualdad pasa por «romper» con las políticas económicas «insensibles» y «ciegas» al género, por transformar las leyes e incrementar el acceso de las mujeres a los puestos de decisión.
Instó a todos y todas a «cruzar el puente de la igualdad» y a «quemar» de una vez por todas el de la desigualdad, las medias tintas la tibieza y la injusticia.
La labor de España
De la Vega expuso que las africanas mantienen el 90 por ciento de la economía informal, producen el 80 por ciento de los alimentos y sustentan a más del 40 por ciento de las familias de todo el continente.
Por su parte, la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, reconoció la labor de España en la lucha contra la violencia machista y recalcó que la situación posterior a un conflicto bélico, es especialmente difícil para la mujer, quien, además, en ocasiones es apartada de los procesos de paz.
La presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, deseó que reuniones como éstas no tuvieran lugar puesto que eso significaría que la igualdad sería una realidad.
Dijo que Mujeres por un Mundo Mejor es un encuentro «necesario» porque las mujeres se siguen enfrentando a grandes desafíos como, por ejemplo la brecha salarial o la poca representación en puestos de responsabilidad.
La Vicesecretaria General de la ONU, Asha Rose Migiro, indicó que la igualdad avanzó en estos últimos quince años y ofreció varios datos como el que refleja que el numero de parlamentarias creció un 8 por ciento hasta alcanzar una media global del 18,4 por ciento.
No obstante, constó que las mujeres «siguen cargando con parte desproporcionada de trabajo y sigue sin medirse adecuadamente su contribución económica».
Asimismo, aseveró que a pesar de los progresos en atención sanitaria, aún «hay mucho por hacer» ya que, por ejemplo, más de cinco millones de mujeres mueren durante el embarazo.