Según Taylor Wimpey, los británicos que compran una vivienda en España no son jubilados que buscan una casa para retirarse, sino que en su mayoría (75%) son ejecutivos, de entre 25 y 50 años, con mujer e hijos, de clase media o media-alta.
Además, en una proporción superior al 50% persiguen una segunda residencia para pasar las vacaciones en familia.
El estudio subraya también que estos británicos concentran su estancia en época estival y que, como media, pernoctan en su apartamento entre 45 y 60 días al año, repartidos en una estancia larga, de 20 0 30 días a lo largo de los meses de julio y agosto, y el resto en fin de semana durante el año.
Finalmente, como consecuencia de su estancia en España gastan una media de 6.300 euros sólo con los gastos de mantenimiento de la vivienda (jardinería del complejo residencial y suministros) y necesidades básicas como alimentación y transporte (el 70% alquila coche).