El Cuerpo Nacional de Policía ha detenido a tres hombres y una mujer en Valencia, que integraban un grupo que ha estafado 150.000 euros a personas residentes en países extranjeros mediante el método de las «cartas nigerianas».
Los detenidos tienen entre 22 y 36 años y son de nacionalidad alemana y nigeriana y, hasta el momento, se ha localizado a cinco de las víctimas, aunque la Policía continúa las gestiones para encontrar al resto.
Los supuestos estafadores fueron arrestados en sus domicilios de Valencia y Alfafar, donde los agentes intervinieron seis ordenadores portátiles, una caja fuerte y 175 «cartas nigerianas» preparadas para ser enviadas a otros países.
El «modus operandi» consistía en remitir, a través de correo ordinario o electrónico, una carta con el logotipo «Bono Lotto Espanyol» que les comunicaba que habían ganado un premio de lotería, o bien un documento con la firma de un bufete de abogados que les informaba de una falsa herencia.
Algunos de los receptores se interesaban por el negocio, y entonces uno de los estafadores se ponía en contacto con él para pedirle que guardara secreto absoluto sobre este asunto.
El estafador se identificaba con nombre falso y se hacía pasar por representante de una entidad financiera o por abogado, y les informaba de la muerte de una persona que poseía una gran fortuna depositada en algún banco de Nigeria, Costa de Marfil u otro país africano.
Entonces proponía a las víctimas que le ayudasen a rescatar el dinero a cambio de un significativo porcentaje de la suma depositada, y les pedía que aportaran el dinero en efectivo o que facilitasen un número de cuenta bancaria para transferir los fondos.
Una vez ganada la confianza de las víctimas, éstas les enviaban sus datos personales y a cambio recibían un documento falso, de la entidad que supuestamente custodiaba los fondos, que les confirmaba la orden de transferencia.
Sin embargo, antes de que la orden de pago se llegase a ejecutar, le pedían a las víctimas que hicieran una primera entrega de dinero por diferentes conceptos.
Algunas de estas entregas se hacían en persona, en oficinas de un centro de negocios que alquilaban por horas, y ese mismo día, pero en otro lugar diferente, los estafadores le enseñaban cajas de grandes dimensiones repletas de billetes falsos.
Después de estos encuentros, las víctimas regresaban a sus países convencidas de que existía la fortuna y hacían una segunda entrega de dinero para sufragar los gastos que permitirían introducir los fondos en el circuito bancario de una forma legal.
Alegando constantes problemas con aduanas y bancos, la banda pedía sucesivos pagos a las víctimas, hasta que éstas se daban cuenta del engaño.
En casi todos estos casos, uno de los estafadores asumía el papel de amigo y confidente que les animaba a seguir pagando para no perder el dinero ya entregado.
Según datos facilitados por la Policía Nacional, en los últimos siete años se ha detenido a más de 600 personas por estos timos en España, se han esclarecido más de 1.200 casos y se han recuperado más de 2,8 millones de euros estafados a ciudadanos de los cinco continentes