El Gobierno de Estados Unidos ha dado a British Petroleum (BP) de plazo hasta este domingo para que elabore un plan más enérgico para contener el derrame de crudo en el Golfo de México, según una carta que fue enviada este viernes.
James Watson, contra almirante de la Guardia Costera de EE.UU., señala en la misiva que se necesita «urgentemente» más capacidad para controlar el vertido.
Watson dio a la petrolera 48 horas desde el envío de la carta para elaborar un nuevo plan para frenar el derrame de crudo, que ahora se cree alcanza los 40.000 barriles diarios.
«Me preocupa que sus planes actuales no permiten la máxima movilización de recursos para facilitar la capacidad de recolección necesaria con las estimaciones de flujo (de crudo) revisadas, indicó Watson.
La multinacional británica captura ahora unos 2,4 millones de litros de crudo con la caja instalada recientemente sobre la fuga de crudo, que se bombea a un barco en la superficie a través de una tubería.
Pese a que ese sistema ha sido el más exitoso hasta la fecha todavía siguen fluyendo al mar grandes cantidades de petróleo.
Los científicos calculan que el pozo que quedó abierto el 20 de abril a raíz de la explosión de la plataforma operada por BP ha escupido al mar entre 151 millones y 412 millones de litros de petróleo.
Obama y Cameron
La carta sale a la luz en vísperas de la visita prevista el lunes y el martes del mandatario estadounidense, Barack Obama, a los estados afectados por el derrame.
Obama mantuvo hoy una conversación telefónica de media hora con el primer ministro británico, David Cameron, sobre la tragedia.
Ambos reiteraron la importancia de que BP haga «todo lo que pueda para responder de forma efectiva a la situación, según un comunicado divulgado por la Casa Blanca.
La oficina de Cameron informó que el primer ministro británico subrayó durante su conversación con Obama, «la importancia económica de BP tanto para el Reino Unido, como para EE.UU. y otros países».
La tercera mayor petrolera del mundo, después de ExxonMobil y Royal Dutch Shell, tiene 80.000 empleados, ingresos superiores a los 239.000 millones de dólares en el 2009 y una capitalización que todavía supera los 100.000 millones de dólares pese al reciente batacazo en los mercados.
Según el comunicado divulgado por el Gobierno británico, Obama «dejó claro que no tiene ningún interés en socavar el valor de BP».
La petrolera ha perdido alrededor del 40 por ciento de su capitalización bursátil tras el derrame.
El presidente de EE.UU. hizo hincapié en que «la frustración sobre el derrame no tiene nada que ver con la identidad nacional» de BP, según el Gobierno británico.