El robo se detectó a finales de 2007 pero sólo hace pocos meses el Ministerio de Defensa consiguió identificar al presunto responsable: un teniente destinado en Centro Geográfico del Ejército. A esa unidad se llevaron los casi cien ordenadores portátiles que el contingente español usó en sus destacamentos de Diwaniya y Nayaf durante la guerra de Iraq; y allí quedaron depositados tras el repliegue en mayo de 2004.
Concretamente los equipos se almacenaron en las naves de material informático de la SUBCIS, (Subdirección de Sistemas de Información y Comunicación) que se encuentran integrados en el acuertelamiento ‘Alfonso X’ donde se ubica el Centro Geográfico.
En septiembre de 2007 se detectó la falta de 70 portátiles, tras lo que se reforzaron las medidas de seguridad, pero a pesar de todo continuaron despareciendo en pequeñas cantidades hasta alcanzar las 90 unidades robadas a finales de noviembre de ese año.
El Coronel del acuertelamiento fue sancionado entonces con ocho días de arresto por una falta leve consistente en «la negligencia en el cumplimiento de las obligaciones del destino»; el ejército interpretó que el Coronel era el responsable último del robo por no haber vigilado correctamente las instalaciones. Sin embargo el caso daba un giro definitivo hace muy pocos meses.
Ordenadores militares en mercadillos
La policía judicial detectaba a principios de este año varias «huellas» dejadas por los equipos militares al conectarse a la red. Siguiendo el rastro de esas señales digitales, la policía descubrió que los ordenadores portátiles robados estaban siendo vendidos en varios mercadillos españoles.
Las pesquisas de los agentes les llevaron directamente a un nombre: el de un oficial que trabajaba en el Centro Geográfico del Ejército en el momento del robo. Un teniente que presuntamente utilizó su posición privilegiada en el centro para sustraer los equipos poco a poco y venderlos en el mercado negro.
El tribunal militar territorial primero ha imputado al teniente y el Ministerio de Defensa le ha suspendido en sus funciones y ha ordenado el cese en su destino.
La información sensible había sido borrada antes del robo
Los equipos informáticos habían sido utilizados por las tropas españolas en Iraq para labores de mando, control y comunicaciones por lo que, los equipos acumularon en su momento información altamente sensible en su disco duro; no obstante, según se desprende del sumario, la información comprometida había sido borrada nada más volver de la zona de operaciones.
El trabajo de la policía judicial ha supuesto que el Coronel del acuertelamiento, que fue sancionado en su momento con ocho días de arresto, halla conseguido que el Tribunal Supremo revoque la sanción considerándola «injusta» a la vista de las nuevas revelaciones del caso.