Los cooperantes catalanes Albert Vilalta y Roque Pascual cumplirán este martes siete meses en manos de Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) con la incertidumbre sobre si las gestiones que está llevando a cabo el Gobierno podrían dar frutos en breve.
Vilalta y Pascual fueron secuestrados el pasado 29 de noviembre en Mauritania cuando iban en un vehículo de la caravana de su ONG, Barcelona Acció Solidaria, por la principal carretera del país. Junto a ellos, fue capturada su compañera Alicia Gámez, a quienes los secuestradores dejaron en libertad el pasado 10 de marzo.
El Gobierno continúa haciendo gestiones con prudencia y discreción y en colaboración con los países de la zona, en especial Mauritania y Mali, donde se sospecha que puedan estar los dos cooperantes.
La única información que se ha facilitado en las últimas semanas es que hay constancia de que Vilalta y Pascual «están bien, si bien no se han aportado pruebas gráficas en las que se pueda observar su estado de salud.
Vilalta resultó herido de bala en una pierna durante su captura, aunque fue tratado durante el cautiverio.
La «máxima prioridad»
El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró el pasado jueves durante su visita a Libia que la liberación de los dos miembros de Barcelona Acció Solidaria es la «máxima prioridad» de su política exterior.
El Gobierno sigue trabajando con la convicción de que Vilalta y Pascual serán liberados, aunque admite la «dificultad» de que el proceso fructifique en breve plazo, según las fuentes.
Después de que la puesta en libertad de Alicia Gámez alimentara las esperanzas de una pronta resolución del caso de sus dos compañeros, «las circunstancias han cambiado» y las perspectivas no han sido tan optimistas, añaden desde el Gobierno.
La rama magrebí de Al Qaeda ha venido exigiendo la excarcelación de presos vinculados a su red que están en Mauritania y Mali para liberar a rehenes europeos, como ocurrió con el caso del francés Pierre Camatte, a quien dejó en libertad el pasado 23 de febrero.
Los países de la región del Sahel, a iniciativa de Argelia, acordaron que serían inflexibles con estas demandas y con el rechazo del pago de rescates, al considerar que estas vías no ayudan a combatir el terrorismo.
Entre las gestiones llevadas a cabo por el Gobierno en los últimos días, están las visitas que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, hizo durante el mes de junio a Mauritania y Burkina Faso, donde se entrevistó con sus respectivos presidentes.
El Ejecutivo mantiene informadas a las familias de los cooperantes y a la ONG.