La primera dama estadounidense, Michelle Obama, hizo este viernes un descanso en su ruta turística por España y optó por relajarse y tomar el sol en una playa de Estepona, en la Costa del Sol, que fue acotada por la Policía, ante la mirada de decenas de curiosos que se aproximaron a la zona.
Su hija Sasha, de 9 años, y otros niños del grupo de amigos fueron los primeros en bañarse en el mar, poco después de llegar a la zona de hamacas de esta playa, cuyos accesos permanecen cortados.
Un cordón policial bordea la playa para garantizar la seguridad de la primera dama mientras ondean las banderas estadounidense, europea y española en el chiringuito.
Desde primeras horas de la mañana hay presencia policial en el club de playa del hotel Villa Padierna de Benahavís, que está ubicado en el municipio vecino de Estepona y cerca de Marbella, y que se ha acrecentado horas antes de la presencia de Michelle Obama y sus amigos, que se desplazaron en trece vehículos.
El dispositivo de seguridad incluye dotaciones de Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil, lanchas neumáticas y buzos, además del servicio secreto estadounidense.
Ya en días pasados el servicio de seguridad de la primera dama había pedido que, en caso de que ésta decidiera ir a la playa, se pudiese garantizar su protección.
La visita de Michelle Obama a la playa Costalita de Estepona se produce tras una amplia agenda turística ayer en la ciudad de Granada, en la que visitó la catedral, el barrio del Sacromonte y la Alhambra, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
El pasado miércoles, apenas siete horas después de su llegada a Málaga en avión, la primera dama acudió, acompañada de su hija Sasha y amigos, al centro histórico de la localidad turística de Marbella, donde efectuó algunas compras y cenó en un restaurante.
Las vacaciones de la familia Obama en España concluirán el próximo domingo, día en el que se desplazarán a la isla de Mallorca para almorzar con los Reyes de España