Un total de 11.243 catalanes, en su mayoría hombres de más de 40 años de edad, tienen vetado el acceso a salas de juego y casinos después de inscribirse, casi siempre de forma voluntaria, a un registro de autoexclusión para impedir su entrada a este tipo de establecimientos. Según un informe de la Dirección General del Juego y Espectáculos, en este registro figuraban inscritas, a fecha de 31 de diciembre de 2009, un total de 11.243 personas, de las que el 67% (7.505) son hombres y el 33% (3.738) mujeres.
Este registro incluye tanto las personas que voluntariamente solicitan que se les impida la entrada en los locales de juego, por sus problemas de ludopatía, y que son casi la totalidad, como aquellas a quienes la prohibición de acceso les viene fijada por sanción administrativa o por resolución judicial.
Las autoprohibiciones voluntarias para acceder a casinos y salas de juego tienen un carácter indefinido, aunque se pueden cancelar al cabo de un periodo mínimo de un año, ampliable a otros cinco. Además de las autoprohibiciones ordinarias, el registro también contempla las que están reforzadas por terceras personas, mayores de edad, designadas por el propio interesado. En estos casos, la solicitud de cancelación tiene que estará firmada por ambas personas.
De los 11.243 inscritos en el registro, la mayoría tienen más de 40 años de edad, si bien figuran seis casos de jóvenes de menos de 20 años, 295 de entre 20 y 29 años y 1.482 de entre 30 y 39. La franja de edad que concentra el mayor número de personas inscritas en el registro de autoexclusión de salas de juego es la que va de los 50 a los 59 años -2.935-, seguida de la de entre 60 y 69 años -2.564- y la de entre 40 y 49 años -2.204-.
Entre los inscritos también figuran 1.272 ancianos de entre 70 y 79 años y 447 de más de 79 años, así como otros 38 de los que no se especifica su edad. En Cataluña operan actualmente un total de 3 casinos -se está a la espera de la apertura de un cuarto-, 50 bingos y 125 salas de juego, y además hay instaladas 38.726 máquinas tragaperras, según desvela el informe, con datos del 31 de diciembre de 2009.
En cualquier caso, el sector del juego tiene un crecimiento acotado en Cataluña, ya que la legislación actual establece como techo que sólo puedan operar 4 casinos, 75 bingos y 125 salas de juego, y sólo se pueden instalar nuevas máquinas tragaperras si se sustituyen otras existentes. De todos los establecimientos dedicados al juego en Cataluña, los tres casinos, 32 bingos -el 64%-, 17 empresas operadoras de máquinas tragaperras -que gestionan el 40% del total de unidades existentes-, y 11 salas de juego se han sumado al código de buenas prácticas que ha impulsado el departamento de Interior para fomentar el juego responsable.
Según los últimos datos, en Cataluña se jugaron en el año 2008 un total de 5.238 millones de euros, más del 16% de la cantidad destinada al juego en toda España. Casi la mitad de este dinero, 2.525 millones de euros (el 42%), fue a parar a máquinas tragaperras, mientras que los casinos se quedaron con el 11% y los bingos con el 9%, según especifica el informe elaborado por la Dirección General del Juego.
En concreto, el 62% del dinero (3.289 euros) se destinó a juegos de gestión privada, mientras que el 38% restante (2.739), se invirtió en loterías y apuestas impulsadas por el gobierno central y la Generalitat.