La Policía Nacional ha logrado desarticular una organización dedicada a la recepción, adulteración y distribución de cocaína tras la detención en Madrid de ocho traficantes de droga, varios de ellos de una misma familia, ha informado este viernes la Jefatura Superior. En los cuatro registros domiciliarios practicados, en viviendas de Madrid capital, Alcalá de Henares y Torrejón de Ardoz, han sido intervenidos 700 gramos de cocaína y 1.859 gramos de sustancia para adulterarla, así como básculas de precisión, útiles para la distribución, 31 teléfonos móviles, equipos informáticos y munición, entre otros efectos.
Los detenidos, de nacionalidad colombiana y sin antecedentes, menos uno que había sido arrestado por una riña y resistencia, son Alexandra A., de 22 años; Grency A., de 20, Andrés Felipe A.A., de 18; Nancy M.B., de 45 años; Diego Andrés D.L., de 26; Jane Maryuru S.M., de 23 años; y Luz Stella G.A., de 45, además de una octava persona, arrestada más tarde, cuya identidad no ha sido facilitada, ha informado a Efe un portavoz de la Jefatura.
La investigación se inició en febrero cuando llegó a conocimiento de los agentes información sobre un grupo de personas que supuestamente se dedicaba a traficar con drogas «al menudeo, principalmente en el distrito de San Blas. La Jefatura ha subrayado que las indagaciones fueron «sumamente complicadas» porque los detenidos adoptaban numerosas medidas de seguridad en sus desplazamientos tanto en coche como a pie.
De hecho, disponían de varios automóviles ocultos en diferentes garajes y eran capaces de utilizar hasta cuatro de ellos en un mismo día para sortear la vigilancia policial, además de que solían concertar sus reuniones en lugares de difícil observación, como el interior de estacionamientos o zonas despobladas con un único acceso.
A medida que avanzaba la investigación, los policías fueron definiendo el «modus operandi» por el que se regía este grupo: unos miembros de la banda se encargaban de suministrar pequeñas cantidades de cocaína, en turnos de 24 horas, y cada uno tenía asignada una zona para realizar las transacciones, aunque la mayoría se producía en San Blas.
Los compradores concertaban citas con los traficantes en zonas intransitables y, por si esta medida de seguridad no fuera suficiente, los distribuidores unas veces bajaban a pie hasta el punto de reunión y otras se subían en el vehículo del cliente y, tras varias vueltas, se apeaban en un lugar distinto al de recogida.
En algunas ocasiones eran los propios vendedores los que recogían a los compradores y los transportaban fuera de la zona, y, mientras tanto, otro miembro de la banda observaba la escena a distancia y si tenía sospechas de presencia policial, abortaba la venta. Los traficantes, dice la Policía, se coordinaban perfectamente entre ellos y cada uno distribuía la cocaína en unos puntos determinados, aunque ocasionalmente intercambiaban las zonas de venta y los vehículos con los que acudían a las citas.
En muchas ocasiones efectuaban contravigilancias para darse cobertura entre ellos a la hora de concretar las ventas. Con la información obtenida, los agentes solicitaron cuatro mandamientos de entrada y registro de los domicilios de los traficantes en Madrid, Alcalá y Torrejón, donde fueron detenidos siete miembros de la banda, en tanto que un octavo implicado, cuya identidad no ha sido facilitada, fue arrestado días después.
La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo XV de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid y ha contado con la colaboración de los agentes de la Comisaría de San Blas-Vicálvaro.