La figura del timón de cola del avión de Spanair, que se estrelló este viernes hace dos años en el aeropuerto de Barajas, recordará a las 154 víctimas mortales del vuelo JK5022 dentro de unos meses, cuando el monumento quede instalado en la rosaleda del Parque Juan Carlos I, de Madrid.
El proyecto del monumento ha sido presentado este viernes en un acto que ha contado con la presencia de varios miembros de la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022, que han subrayado que la figura elegida representará el «máximo exponente de la dignidad que significa perder la vida de manera tan dramática».
El miembro de la asociación Vicente Herrero ha señalado que el monumento «será para muchos sólo una referencia de la mayor catástrofe aérea de España, pero para la mayoría de nosotros, cuando visitemos este lugar, será un lugar de esperanza». En el monumento, el timón de cola se hunde en la tierra, circunstancia que Herrero ha aprovechado para decir que es la misma tierra «con la que pretenden tapar la incompetencia y la responsabilidad los directivos y funcionarios que no cumplieron con su deber y que ahora intentan por todos los medios eximirse de sus responsabilidades».
La presidenta de la asociación, Pilar Vera, ha destacado que el monumento, que representa «el coraje de ese timón de cola que se negó a morir de rodillas, se situará frente a un roble que presidirá la rosaleda y al que «dará cobijo, protección y amparo». Además, Vera ha afirmado que los afectados por la tragedia acudirán al monumento «en los momentos mas difíciles» para «buscar la energía que necesitaremos para cumplir con nuestro deber» y en el que «recordar el único fin de esta asociación, que es conocer la verdad» de lo ocurrido.
Al acto ha asistido también la delegada de Familia y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, Concepción Dancausa, se ha referido a la leyenda que figurará en el monumento -«En algún lugar… siempre en nuestros corazones»- y ha dicho que éste «es un símbolo firme y sólido que preservará sus historias y las mantendrá vivas para las generaciones futuras».
Dancausa ha afirmado también que los familiares «tendrán ahora un lugar al que acudir en busca de consuelo» y en el que «recordar lo mucho que significaron las vidas de sus seres queridos». Al final de su intervención, Dancausa ha destacado que el monumento «debe servir para recordar pero también para hacernos reflexionar y ayudarnos a seguir trabajando para evitar que se repitan tragedias como ésta».