El Gobierno valenciano se reunirá con el Ejecutivo central para pedirle «ayuda económica» con la que hacer frente a los trabajos de reforestación en la zona afectada por los incendios, y que comenzarán mañana mismo con la aprobación por el pleno del Consell de una «declaración de emergencia».
Así lo ha acordado el president de la Generalitat, Francisco Camps, en una reunión que ha mantenido con el vicepresidente tercero y conseller de Medio Ambiente, Juan Cotino, y los consellers de Gobernación y Agricultura, Serafín Castellano y Maritina Hernández, respectivamente.
Cotino se reunirá la próxima semana con el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, para «pedir ayudas económicas al Gobierno central con las que poder hacer frente» a los problemas que plantea la reforestación de la superficie calcinada esta semana por los incendios al sur de la provincia de Valencia y al norte de la de Alicante, que asciende a 4.500 hectáreas.
Con el objetivo de regenerar esta zona, el Consell aprobará una batería de medidas que comenzará a poner en marcha «mañana» mismo en colaboración con ayuntamientos y empresarios.
El plan de medidas urgentes prevé la repoblación de la zona con un millón de árboles a partir del próximo mes de febrero, para lo cual el Consell reclamará la colaboración de ayuntamientos, particulares y entidades o empresarios propietarios de las fincas y terrenos afectados por el fuego.
En concreto, la Conselleria de Medio Ambientes les facilitará las plantas de pinos y carrasca disponibles en sus viveros, las herramientas y la formación necesaria, además de delimitar los espacios para que puedan contribuir con su labor a la reforestación de las zonas afectadas.
Las actuaciones urgentes se realizarán en los municipios de Ontinyent, Agullent, Alfafara, Benissoda, Albaida, Agres, Bocairent, Rafelguaraf, Xàtiva, Carcaixent, Barx y Simat de la Valldigna, y mañana la empresa pública Vaersa comenzará las labores para la recuperación ambiental y paisajística de estas zonas.
En estos municipios, se podará y tratarán los árboles que todavía «se puedan salvar, se talarán los que «no requieran recuperación» para construir una barrera natural frente a las lluvias y se triturarán las ramas para transformarlas en materia orgánica que servirá para la reforestación del paraje.
También se aplicará un tratamiento de sanidad forestal para evitar la proliferación de plagas, y se adecuarán las pistas forestales para facilitar el acceso de los medios que colaboran en las labores de extinción ante posibles incendios.
Asimismo, se reconstruirán muros y bancales, se construirán comederos y bebederos para la fauna silvestre y se realizarán siembras dirigidas a alimentación de la fauna silvestre.