El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y cuatro ex presos políticos cubanos recientemente liberados escenificaron este lunes en Bruselas las posturas antagónicas que existen sobre el posible cambio de la política de la Unión Europea hacia Cuba. Mientras Moratinos insistió en la necesidad de dejar atrás la llamada «posición común» de la UE hacia Cuba, los ex presos enviaron desde el Parlamento Europeo un mensaje totalmente opuesto. «Todo el mundo es consciente de que hay que cambiar la política con Cuba, dijo Moratinos en la sede del Consejo de la UE al término de una reunión ministerial comunitaria en Bruselas.
Pocos minutos después, los opositores al régimen castrista respondían en la sede del Parlamento Europeo por boca de Normando Hernández: «no se le puede retirar la posición común al gobierno de Cuba, porque el gobierno cubano no ha dado ningún tipo de cambio hacia la libertad y la democracia». La propia visita a Bruselas de los disidentes, parte del grupo de 52 presos excarcelados y trasladados a España durante el verano, es para Moratinos un refuerzo de su postura y demuestra «el resultado positivo de la gestión de la diplomacia española».
«Me alegro de que puedan estar en el Parlamento Europeo, incluso de que critiquen al Gobierno español. Es una prueba de la libertad que han alcanzado, recalcó Moratinos. Acto seguido le contestaba el ex preso Antonio Díaz: «el hecho de estar aquí, tan lejos de mi patria, no es una muestra que permita considerar cambiar la posición común. Todo lo contrario. Yo he sido desterrado de Cuba y he tenido que venir a Europa a decir lo que pienso, insistió.
«La posición común deberá eliminarse cuando yo pueda decir lo que pienso en Cuba, subrayó Díaz, quien reprochó a Moratinos no haber mantenido ningún encuentro con ellos. La división en torno a la política europea hacia Cuba enfrenta también al Gobierno español con el Partido Popular Europeo (PPE), la fuerza mayoritaria de la Eurocámara y promotora de la visita de los ex prisioneros a las instituciones comunitarias.
El secretario general del PPE, el español Antonio López-Istúriz, ha anunciado este lunes que su formación remitirá una carta a los ministros de Exteriores y primeros ministros de su familia política para transmitir el «testimonio desgarrador» de los ex presos.
El presidente del PPE, el belga Wilfried Martens, también tratará el tema con los jefes de Estado y de Gobierno conservadores que se desplacen esta semana a Bruselas para participar en el Consejo Europeo del jueves.
Toda esa labor se encamina a la discusión sobre la posible modificación de la postura comunitaria hacia Cuba, que a priori se analizará en la reunión de ministros de Exteriores prevista para el 25 de octubre, aunque todo continúa en el aire. El titular de Exteriores consideró que entre los Veintisiete hay «una actitud general favorable» a cambiar esa política, ya que si bien todavía hay que «trabajar» con algunos países, «todo el mundo es consciente de que hay que cambiar la política con Cuba».
Menos optimista fue López-Istúriz, para quien «parece que la revisión va a retrasarse sine die. No es ninguna sorpresa. Para muchos países de la UE, la actitud del gobierno cubano sigue estando muy lejos» de lo requerido por Europa. España insiste en la necesidad de superar la llamada «posición común, política aprobada en 1996 bajo el impulso del entonces gobierno español de José María Aznar (PP) y que condiciona las relaciones del bloque europeo con Cuba a los avances democráticos y en materia de derechos humanos en la isla.
Hasta ahora, varios países del bloque europeo se han opuesto a la flexibilización defendida por las autoridades españolas, que consideran que el diálogo con La Habana puede ser más productivo de cara a la democratización de la isla.