El presidente de CiU, Artur Mas, aseguró este martes, en Madrid, que Cataluña se está viendo obligada a buscar «otro rumbo» para seguir desplegando su autogobierno, después de que España haya dejado de ser «atractiva» para muchos catalanes al «cerrar la puerta» al encaje que planteaba el Estatut.
En un desayuno informativo organizado por el Foro Nueva Economía, Mas reflexionó en torno al momento que atraviesan las relaciones entre Cataluña y España, después de que la sentencia del Tribunal Constitucional recortara aspectos sensibles del Estatut.
«En Cataluña ahora hacemos la reflexión de que no podemos seguir el camino de los últimos 30 años. ¿En España alguien está haciendo la reflexión de que España ha de ser atractiva para nosotros? La España de ahora no es atractiva, no nos protege, no cumple sus compromisos, no respeta el voto del pueblo de Cataluña, razonó.
Mas aseguró contar con una «hoja de ruta» para «responder» a esta situación: «Cataluña deberá encontrar un camino, porque no puede renunciar a ser ella misma».
El candidato a la presidencia de la Generalitat explicó la desazón que sienten muchos catalanes al ver recortado un Estatut que primero se pactó en las Cortes y luego se votó en referéndum: «A los catalanes siempre nos hacen preguntas: qué queremos ser, hasta dónde queremos llegar. Ahora nos gustaría comenzar a preguntar nosotros».
«Hemos hecho piña para hacer la democracia, para hacer una España próspera, la hemos hecho europea, hemos combatido el terrorismo, hemos hecho políticas de bienestar y redistribución, y todo con el sueño de poder hacer un Estado plurinacional que nos aceptase tal y como somos: no como una Cataluña regional, periférica, argumentó.
Por otra parte, Mas aseguró no entender que la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, le denomine el «Ibarretxe catalán» e intente convertirle en un «demonio» pero, al mismo tiempo, se muestre dispuesta a formar parte de un futuro gobierno de CiU.
Mas ironizó sobre el hecho de que Sánchez-Camacho llegue a plantearse compartir gobierno con un «demonio con rabo y orejas».
Sobre lo que puede ocurrir a partir del 28 de noviembre, tras las elecciones catalanas, Mas descartó que socialistas y populares puedan sumar mayoría absoluta en el Parlament para formar gobierno, como en el País Vasco, porque «el PP es un partido relativamente secundario en Cataluña y la máxima aspiración que tienen los socialistas es repetir el resultado de hace cuatro años».
A su juicio, «este escenario no se va a producir en Cataluña, y «no porque los actores no quieran, sino simplemente porque no se va a dar una suma aritmética».
Mas se mostró convencido de sus posibilidades de ganar las elecciones, pero insistió en que CiU afronta la cita electoral «con gran prudencia y cautela» porque quedan más de dos meses para la fecha final y «este partido hay que jugarlo».
Aludiendo a la dura entrada del defensa colchonero Tomas Ujfalusi sobre Leo Messi, en el partido del domingo en el Vicente Calderón, Mas advirtió de que mal haría CiU si diese las elecciones por ganadas antes de que se celebren: «Incluso en el último minuto te pueden romper un pie y dejarte en la cuneta».
Mas, por otra parte, puso nuevamente sobre la mesa sus promesas electorales de formar un «gobierno de los mejores, abierto a la incorporación de algún conseller sin carné de partido, y de reducir un 25% la estructura burocrática de la administración catalana.