La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y la portavoz popular, Soraya Sáenz de Santamaría, se han enfrentado en el Congreso con las elecciones generales de fondo, pues si el Gobierno ve al PP en el banco de la oposición mucho tiempo, los populares creen agotada la credibilidad del Ejecutivo.
En la sesión de control al Gobierno, De la Vega ha acusado al Partido Popular de plantear sólo como estrategia de oposición «poner el GPS con dirección a La Moncloa sin que nada ni nadie lo altere, algo que ya no tiene más recorrido y les llevará al «banquillo» de la oposición tras los próximos comicios generales.
Sin embargo, Sáenz de Santamaría ha opinado que la credibilidad del Ejecutivo está en mínimos. «Los españoles se fían cada vez menos de la credibilidad del Gobierno, ha afirmado.
La prueba, a su juicio, la aporta el cese de la anterior directora del Centro de Investigaciones Sociológicas, Belén Barreiro, pues en las últimas encuestas del instituto quedaba claro «lo obvio»: «la pérdida de confianza» en el Gobierno.
Para la portavoz del PP en el Congreso, el PSOE ha comenzado ya la batalla sucesoria de José Luis Rodríguez Zapatero, ya que a muchos dirigentes socialistas les preocupa ahora tan sólo figurar «en el próximo cartel electoral» del partido, un «cartel» en el que, por cierto, no ven al presidente del Gobierno, en su opinión.
Las nuevas «descalificaciones» de la portavoz del grupo del PP han servido a De la Vega para insistir en sus acusaciones a los populares: «agotan sus energías, semana tras semana, en intoxicaciones y en torpedear cualquier propuesta positiva».
Lo que los populares llevan al Parlamento son «falsedades, y mientras continúan en sus «enredos, el Ejecutivo piensa en mejorar el bienestar de los ciudadanos a través de reformas que poco a poco sacan a España de la crisis, ha explicado.
Si las medidas del Gobierno contra la adversidad económica «dan resultado, la estrategia del PP no da ninguna, a juicio de De la Vega. «Su reloj electoral se ha parado, le ha dicho a Sáenz de Santamaría.
Ha añadido que la estrategia de oposición son sólo «descalificaciones» y «demagogia, de forma que su libro de propuestas es «un libro blanco sin ideas».