1. Tomás Gómez es el favorito para ganar las primarias este domingo. No ha cometido grandes errores en su campaña y ha conseguido trasladar a los militantes tres mensajes claros. El primero, que es David contra Goliat, aunque Trinidad Jiménez sea la retadora del secretario regional. El segundo, que no es un golpe para Zapatero si su candidata pierde, un argumento que el propio Zapatero también comparte. El tercero, que es cierto que las encuestas lo retrataban hace unos meses como un completo desconocido, pero que las primarias han cambiado completamente ese escenario. Su discurso, en estas últimas semanas, ha mejorado muchísimo; se nota, para bien, la mano de José Andrés Torres Mora: el hombre que ha firmado durante años las frases más redondas de Zapatero.
2. El partido, sin embargo, aún sigue muy abierto por un dato inesperado cuando comenzó este proceso: el número de avales que ha presentado Trinidad Jiménez. Contra lo previsto, Trini ha conseguido un respaldo muy alto para su candidatura: se ha quedado sólo a 800 avales de empatar frente a Tomás, que es quien cuenta con el control del partido en Madrid. Según los partidarios de la ministra de Sanidad, entre los avales que ha presentado Tomás hay mucho voto oculto que este domingo, ante el secreto de la urna, apoyará a Trinidad. Tiene lógica, aunque lo mismo repiten los de Tomás, que aseguran que existe también voto oculto en los avales que ha respaldado a Trini por las presiones de Ferraz. Sea cual sea el resultado, lo más probable es que no se repita el de los avales. En un proceso tan delicado, pocos dicen lo mismo en público y en privado: en el aval, que va firmado, frente al voto, que es secreto. Según los partidarios de Trini, además, el alto porcentaje de avales apunta a una alta participación: un escenario que dicen que les favorece.
3. Gane quien gane, su primer trabajo será recomponer el partido, divido hoy en dos. ¿Qué pasa si gana Tomás? Pues que Trinidad Jiménez se quedaría como ministra de Sanidad. ¿Y si es al revés? Pues que muy probablemente Trini ofrezca a Tomás ser su número dos en Madrid, y permanecer como secretario regional. Pero las bicefalias son difíciles, como ya se vio con Almunia y Borrell; y los partidarios de Tomás podrían tener la tentación de no apoyar a Trinidad Jiménez en las elecciones para que pierda y ajustar cuentas después. José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba también intentarán que Tomás pague por su desafío si pierde las primarias o también si gana el domingo y más tarde es derrotado por Aguirre en las autonómicas con un mal resultado.
4. ¿Por qué decidió el PSOE abrir este melón? Por muchos motivos cruzados. El más importante, la posición del presidente del Gobierno. “Zapatero realmente cree que con Trinidad Jiménez hay una posibilidad de ganar a Esperanza Aguirre que no tiene Tomás y, que si lo consigue, daría la vuelta a la situación política”, dice uno de los principales fontaneros de La Moncloa. “Si gana Madrid, da igual lo que pase en el resto de España: será una victoria del PSOE aunque globalmente bajemos en votos y podría cambiar la tendencia, cara a las generales de 2012”, explica la misma fuente. “Pero ahora mismo, con las primarias, la situación ha cambiado completamente porque Tomás Gómez ha dejado de ser un desconocido y, si gana, será mejor candidato de lo que era antes de que se abriese este melón, que ha sido bueno para el PSOE y no tiene por qué perjudicar a Zapatero”.
5. Pero la batalla de las primarias de Madrid forma parte de otra guerra mucho más importante: la de la sucesión de Zapatero, sea cuando sea. Tal vez llegue después de las autonómicas, si el presidente anuncia que no repetirá como candidato; o puede que el postzapaterismo empiece tras marzo de 2012, si el PSOE pierde las elecciones. José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba, en extraña alianza, trabajan juntos para asegurarse la mejor posición interna para cuando llegue ese día. El mapa de este partido, que es federal, ahora mismo no les favorece; muchos de los barones regionales tienen cuentas pendientes con Blanco, especialmente dos de los más importantes: Patxi López y José María Barreda. En el caso de Patxi, porque recuerda que él tampoco fue el favorito de Zapatero ni de Blanco para ser el cabeza de lista en Euskadi. En el caso de Barreda, porque en Castilla-La Mancha la derecha gana en las elecciones generales y el PSOE sólo puede gobernar la autonomía si marca distancia frente a la política de Madrid, como antes hizo Bono. Tomás Gómez, que está enfrentado con Blanco desde el primer minuto, puede estar en esa mesa camilla que decida, cuando toque, quién heredará a Zapatero. Por mucho que ahora suelten hilo a esa cometa desde la derecha, es improbable que sea él su sucesor, pero si consigue mantener el control del PSM hasta ese día, tendrá poder suficiente como para influir en ese proceso y garantizar así su continuidad hasta las elecciones autonómicas de 2015.
6. Hay opiniones a favor y en contra sobre el desgaste que sufrirá Zapatero si el domingo gana Tomás Gómez. Pero si Trini pierde, los que también perderían internamente serían José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba. “En el PSOE se está creando un nuevo polo de descontentos con Blanco que aún no tiene quien los lidere”, dicen desde Ferraz:“Lo intentaron con Leire Pajín, pero ella no quiso”. La secretaria de organización, sin embargo, sí ha tenido unos cuantos enfrentamientos con su antecesor en el cargo: Leire pide las mismas atribuciones que antes tenía Blanco “ni más, ni menos”, pero el ahora ministro ha intentado retener algunas de sus palancas de poder en Ferraz, como el control de las encuestas y estudios de opinión pública. El último de estos enfrentamientos entre Blanco y Leire se produjo, precisamente, a cuenta de esta batalla en Madrid. Leire negó que existiese aquella reunión en la que Manuel Chaves le pidió a Tomás Gómez que no fuese el candidato, y lo hizo, según fuentes del PSOE, porque no sabía que se había producido: porque no formaba parte de esta operación, a pesar de que ese tema forma parte de sus competencias en el partido.
7. Y cuando llegue el lunes y las primarias terminen, las peleas internas en el PSOE no habrán hecho sino comenzar. “El partido tiene por delante otros tres procesos dolorosos, donde habrá más navajeos: el día después de las elecciones catalanas, la elaboración de listas y las elecciones autonómicas y municipales de mayo”, explica un asesor del PSOE. La sensación generalizada es que la crisis económica y la debilidad en el liderazgo de Zapatero, que cae y cae en las encuestas, es difícil de reconducir. El PSOE se prepara para un cambio de ciclo político que cada vez se ve más cerca y donde mucha gente se juega no sólo el poder, sino su puesto de trabajo. Las primarias de Madrid dejan, además, un regalo envenenado para la permanencia de Zapatero. Si son las encuestas quienes deciden qué candidato es el mejor, ¿debe repetir el presidente cuando las encuestas ya apuntan a que hay en el PSOE otros nombres con más posibilidades de ganar a Mariano Rajoy?