La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó este jueves que en la lucha antiterrorista es fundamental la cooperación entre países, y ha advertido de la «irresponsabilidad» de utilizar esa colaboración como «arma arrojadiza en la confrontación partidista».
Así lo aseguró la vicepresidenta en la inauguración del encuentro «Ágora, América Latina. Cien voces diferentes, un compromiso común», organizado por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP).
En su intervención, Fernández de la Vega ha destacado que el terrorismo irá a parar al «baúl de los malos recuerdos», y para conseguirlo es básica la cooperación y confianza entre los países.
«Todos somos muy conscientes de que la cooperación y la confianza en la democracia y entre las democracias son nuestra mejor arma contra la sinrazón de los violentos», ha añadido.
Precisamente por eso, ha criticado -sin mencionarlo expresamente-, a quienes, como el PP, puedan dudar de la ayuda que prestan otros países para combatir a ETA, en referencia a Venezuela.
«La política exterior de nuestros gobiernos, la colaboración con otros países no puede ser un arma arrojadiza en la confrontación partidista, porque esa práctica, además de ser profundamente irresponsable, en nada beneficia la lucha contra el terrorismo», ha aseverado.
Otra de las lacras contra la que la vicepresidenta ha pedido luchar es la corrupción, para garantizar que las instituciones políticas y públicas sean una auténtica «casa de cristal» en la que «todos rindamos cuentas de nuestros actos».
Fernández de la Vega, en este sentido, ha exigido que se rechace la corrupción «sin silencios cómplices ni declaraciones evasivas, sino actuando con claridad, contundencia e inmediatez por la honestidad y la credibilidad de nuestras democracias».
«Y ahí no pueden contar cálculos electorales ni intereses partidistas, sólo puede contar el interés general y la confianza en las instituciones que todos estamos obligados a generar y a proteger», ha apuntado, porque «contra la corrupción, al igual que contra el terrorismo, todos debemos actuar de la misma manera: sin contemplaciones y sin subterfugios».
Durante su intervención, la vicepresidenta ha subrayado también cómo en las dos últimas década se han consolidado en todo Iberoamérica la democracia, las libertades públicas y las instituciones políticas.
Buena prueba de ello, ha proseguido, es que este jueves las amenazas al orden democrático «son una rara excepción ante la que todos los pueblos reaccionamos con un mismo sentido de repulsión, rechazo y condena».
Como ejemplo ha mencionado el intento de golpe de Estado que se produjo la pasada semana en Ecuador, frente al que «toda la comunidad internacional» dejó «meridianamente claro» que «absolutamente nadie puede traspasar las líneas rojas de la democracia».