El secretario general de Eusko Alkartasuna (EA), Pello Urizar, consideró este sábado que «el Estado no puede demorar más la decisión de terminar con la ilegalización» de Batasuna y que ya «no existen excusas» para que la izquierda abertzale se presente «con su propia marca electoral» a los próximos comicios.
En una rueda de prensa celebrada en Bilbao, Urizar dijo que el cambio que transformará «completamente» el escenario político vasco se ha convertido en una «realidad» porque, en su opinión, «está fuera de toda duda» la «sinceridad» de la izquierda abertzale en su «apuesta por las vías políticas y democráticas y su alejamiento de la violencia».
Sobre la reunión entre el PSE-EE y la izquierda abertzale de la que informaron varios medios y que ha sido negada por ambas partes, Urizar consideró que, al margen de si se celebró o no, el diálogo político «es la base de la democracia» y lo más grave en torno a este asunto es, para él, el «chantaje» al que el PP somete al Gobierno vasco socialista por ese hipotético encuentro.
Tras estimar que la situación para un nuevo escenario político es «irreversible», el dirigente de EA resaltó que «a ETA sólo le queda seguir la vía marcada por la base social independentista y buscar acuerdos para eso que se llaman asuntos técnicos».
Apuesta por la vía democrática
Urizar calificó de «comprensible» que hubiera habido «reticencias» con la izquierda abertzale hasta comprobar la veracidad de su apuesta política, «pero -agregó- el tiempo corre» y, según su criterio, «hay que dar la oportunidad de hacer política» a quienes declararon su apuesta por las vías pacíficas y democráticas.
«La Ley de Partidos, que siempre ha sido injusta, es ahora un obstáculo para consolidar el escenario político, y el Estado no puede demorar más la decisión de terminar con la ilegalización», afirmó.
El secretario general de EA puso de relieve que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero «no puede eludir la responsabilidad histórica que tiene en su mano» ante un hipotético fin de la violencia.
Rechazó la «insistencia» en «hacer a ETA protagonista de este proceso» ya que «las continuas apelaciones al papel de ETA, la negativa a realizar movimientos hasta saber qué dice la organización armada, constituyen un grave error porque le elevan a un estatus de agente político que EA le niega de plano, y la sociedad vasca también».
Para Urizar, la propuesta del PP de poner a ETA en «cuarentena democrática» al menos cuatro años para ver si es cierto que los terroristas apuestan por la democracia refleja un «cinismo partidista atroz que sólo mira una rentabilidad electoralista cortoplacista para los intereses del nacionalismo español».