La ex vicepresidenta primera del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega, ha tomado posesión este jueves como consejera permanente de Estado en un acto en el que ha ratificado su compromiso con los ciudadanos, con la democracia y con la lucha por la igualdad. De la Vega es la primera mujer que pasa a formar parte de este órgano consultivo desde que se fundó hace dos siglos, en 1812.
La toma de posesión de Fernández de la Vega ha estado presidida por Alfredo Pérez Rubalcaba, su sustituto al frente de la Vicepresidencia Primera del Ejecutivo, y a la misma han asistido cinco ministros: José Blanco (Fomento), Ramón Jáuregui (Presidencia), Valeriano Gómez (Trabajo), Francisco Caamaño (Justicia) y Ángeles González-Sinde (Cultura).
Asimismo, el presidente del Congreso, José Bono, el del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, y la del Constitucional, María Emilia Casas, han arropado a Fernández de la Vega junto a numerosos secretarios de Estado y parlamentarios como el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra.
La nueva consejera de Estado ha señalado que el «rechazo hacia la injusticia y el deseo de defender la causa de las que la padecen» ha marcado buena parte de su trayectoria profesional y son los valores que la han llevado al Consejo de Estado.
Ha recalcado que el primer objetivo de un gobernante debe ser buscar la felicidad de sus ciudadanos y eso supone, entre otros principios, que «el valor de la libertad sea el mismo para todos» y «eliminar de forma real y efectiva las murallas de la desigualdad que perviven entre hombres y mujeres».
Se ha referido a los asuntos que abordará en función de la Sección Séptima del Consejo de Estado (Educación, Cultura, Sanidad, Política Social e Igualdad) que presidirá a partir de este jueves, entre los que ha destacado especialmente la educación porque, sin el conocimiento, «la libertad no estará nunca plenamente desarrollada».
«Asumo mi responsabilidad en el Consejo de Estado decidida a trabajar por los ciudadanos», ha manifestado Fernández de la Vega, quien ha añadido que, a lo largo de toda su vida, se ha esforzado por que sus actos se correspondieran con sus principios y, ahora, seguirá luchando por que esos principios se conviertan en realidades.
«Junto a todos y a todas, que más allá de ideologías profesan los valores democráticos y el ideal de hacer posible la felicidad de la nación y el bienestar de sus ciudadanos, he trabajado para levantar esta casa de cristal, abierta y transparente a la ciudadanía, que es nuestra democracia», ha concluido.
El presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, ha destacado que Fernández de la Vega es la primera mujer que entra a formar parte de la institución como consejera permanente y la primera que, sin ser Reina, presidió un Consejo de Ministros.
La ha llamado «mujer de Estado» por su capacidad para dirigir los negocios políticos de una nación, y ha dicho que solamente ha encontrado un «cierto precedente» de este calificativo en la Princesa de Éboli.
Rubio Llorente ha elogiado la «ilimitada capacidad de trabajo» de Fernández de la Vega, así como su «energía», y ha recordado que, desde hace tres décadas, esa energía está puesta al servicio del Estado.
«Tengo la esperanza de que, también para ella, esta incorporación abra un nuevo periodo no menos fértil que los anteriores pero quizá más sosegado», ha concluido el presidente del Consejo de Estado.
En la ceremonia de la toma de posesión, en la que se ha impuesto a Fernández de la Vega la toga y la medalla de consejera, han actuado como padrinos Fernando Ledesma, también consejero permanente de Estado, y Amelia Valcárcel, consejera electiva.