Los seis aspirantes a presidir la Generalitat la próxima legislatura aprovecharán la jornada de reflexión de este sábado para descansar con la familia, comer con algún amigo o evadirse del fragor de la batalla electoral viendo una película, ya sea en el cine o en casa con su reproductor de DVD.
El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, pasará la mañana de de este sábado posando junto a sus rivales en las sesiones fotográficas que organizan diversos medios de comunicación el día antes de las elecciones.
Después de atender algunas reuniones internas de partido, Mas comerá y espera poder relajarse por la tarde al lado de su mujer, Helena Rakosnik, y sus tres hijos, sin descartar una visita a su gimnasio, que hace tiempo que no pisa, según fuentes de CiU.
También el candidato del PSC a la reelección, José Montilla, dedicará la mañana del día de reflexión a posar junto a los demás candidatos, mientras que por la tarde aprovechará para estar junto a su familia e hijos, a los que ha podido ver muy poco durante la campaña.
Montilla, que vive en Sant Just Desvern (Barcelona), está casado en segundas nupcias con Anna Hernández y tiene cinco hijos, los últimos trillizos de diez años, y tiene previsto acudir a votar el domingo en el colegio Montserrat.
El candidato de ERC, Joan Puigcercós, aprovechará su primer día libre para almorzar con sus amigos y dedicará la tarde a estar con la familia. Entre sus planes figura visitar su videoclub para alquilar una película en DVD y verla en casa con sus dos hijos, como acostumbra a hacer cada día de reflexión.
La candidata del PPC, Alícia Sánchez-Camacho, empleará el tiempo para estar junto a su hijo Manuel, de cuatro años, al que ha visto poco durante campaña, aunque sí la ha acompañado en algunos actos
Joan Herrera, candidato de ICV-EUiA, espera descansar todo lo que pueda durante el día de reflexión y tomar aire después de una campaña que le ha dejado agotado.
El candidato de Ciutadans (C’s), Albert Rivera, compaginará sus últimos compromisos «profesionales» con el descanso y la vida familiar durante el día de reflexión.
Fin de campaña socialista
Una multitudinaria fiesta de las Juventudes Socialistas fue el escenario elegido por el presidente catalán y candidato del PSC a la reelección, José Montilla, para cerrar la campaña electoral, apelando a la participación en los comicios y atacando al líder de CiU, Artur Mas.
La fiesta reunió a unos 700 jóvenes y ha sido el colofón de la maratoniana jornada de fin de campaña, de más de quince horas, que realizó este viernes el PSC en un intento por acabar de convencer a los indecisos y animar a la participación en las elecciones del próximo domingo.
Montilla entró en la sala flanqueado por la ministra de Defensa, Carme Chacón, y al ritmo de la canción «Revolución» de Amaral, un tema que habla de cambio y cuyo estribillo, cargado de simbolismo, se convirtió en el himno de la noche.
En la fiesta, que condujo el periodista y presentador Xavier Sardà, Montilla hizo un llamamiento a acudir a las urnas el próximo domingo para evitar «que un país de izquierdas tenga un gobierno de derechas».
«Artur Mas recibirá una lección democrática de los ciudadanos», aseguró, ya que las elecciones, precisó, «no las ganas la ambigüedad, sino los votos y la ciudadanía». Montilla también ha criticado que Mas «es una caja vacía» y que «detrás de la máscara no hay nada».
Entre los gritos de apoyo de los asistentes, que también proclamaron que «España mañana será republicana», la ministra Chacón también arremetió contra Mas, a quien «la vida le ha sido fácil», dijo, a diferencia de Montilla, que nació en una familia humilde y tuvo que trabajar duro para salir adelante, como muchas otras personas de su generación.
Dirigiéndose a Montilla, ha señalado: «Tú sabes lo que es trabajar duro, y yo me pregunto: ¿está Mas preparado para sacar al país de una crisis como esta?». La campaña ha acabado con Montilla, Sardà y los demás dirigentes socialistas votando sobre el escenario, a petición de los asistentes.
El PSC aprovechó al máximo el último día de campaña, con actos desde las siete de la mañana hasta última hora de la noche, para arañar los últimos votos antes de las elecciones del domingo.
Tan sólo este viernes se realizaron más de un centenar de actos en todo el territorio protagonizados tanto por Montilla como por la número dos de las listas socialistas, Montserrat Tura; por el número 3, Celestino Corbacho, y por los cabezas de lista territoriales, Xavier Sabaté (Tarragona), Joaquim Llena (Lleida) y Joaquim Nadal (Girona).
Montilla acudió este viernes a varios de los novedosos «mítines relámpago» de la campaña en otros tres municipios de la provincia de Barcelona: Vilafranca del Penedès, Sant Pere de Ribes y El Prat de Llobregat.
En ellos, Montilla hizo un llamamiento a la participación para dotar así de una mayor legitimidad al Govern y al Parlament que salga de las urnas y ha criticado a CiU por «despreciar» a la ciudadanía al dar por ganados los comicios.
Mas lo da por hecho
El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, se comprometió este virenes a administrar con «generosidad y humildad» un triunfo electoral que ha dado por hecho, en un discurso en el que ha obviado por completo a sus adversarios.
En una emotiva intervención ante un Palau Sant Jordi de Barcelona lleno hasta la bandera -20.000 asistentes, según la organización, Mas intentó transmitir su cara más amable para apelar al «voto útil por el cambio» a un electorado transversal.
Posiblemente para no despertar el temor de los votantes de otros partidos que puedan estar planteándose votarle esta vez a él para hacer realidad un cambio, Mas empleó un tono lo más alejado posible de la arrogancia: «El domingo podemos tener una victoria grande, una gran mayoría. Sobre todo, administrémosla con generosidad, humildad y un gran espíritu de servicio».
«Si en algún momento a mí se me notase que no recibo esta victoria con este espíritu que os digo, me claváis una bronca y me dais un tirón de orejas, con total libertad», dijo Mas, recibido con gritos de «¡Mas president!» en un Palau inundado de ‘senyeres’.
«Cuanta mayor sea la mayoría que recibamos, recibámosla con la máxima humildad. Cuanto más plural sea nuestro legado de votos, con mayor generosidad lo tendremos que administrar. Y cuanto mayor sea el número de catalanes que nos otorguen la confianza, mayor debe ser nuestra entrega al país y nuestro espíritu de servicio a Cataluña«, remarcó.
En la misma línea conciliadora, garantizó que si CiU vuelve a la Generalitat no será para «vengarse ni pasar cuentas a nadie» sino «para servir honesta y eficazmente al conjunto de Cataluña, absolutamente a todo el mundo».
La única andanada implícita a sus oponen rivales fue reivindicar CiU como «el partido que quiere unir» al conjunto de Cataluña frente a quienes quieren generar la «división» en la sociedad catalana.
Tuvo palabras de afecto hacia su director de campaña, David Madí, tras los «golpes» que se llevó por el frustrado asalto a la Generalitat en las elecciones de 2006, así como hacia su mentor, Jordi Pujol.
También hacia el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, que a su vez enterró de manera solemne su viejo resquemor hacia Mas, con quien compitió hace una década para convertirse en el relevo de Pujol como cabeza de lista de CiU en unas elecciones al Parlament.
En uno de los momentos más emotivos de la noche, Mas ha querido dirigir un agradecimiento explícito a su mujer, Helena Rakosnik, y ha reproducido la dedicatoria que le estampó en un ejemplar del libro sobre él escrito por Pilar Rahola.