El enfrentamiento entre Tomás Gómez, secretario general del PSM, y Jaime Lissavetzky, candidato socialista a la alcaldía de Madrid se fraguó el pasado 12 de agosto, cuando el secretario de Estado para el Deporte presentaba su candidatura ante los medios y había previsto anunciar su preferencia por Trinidad Jiménez en las primarias que enfrentaban a la ministra con Gómez por la candidatura socialista a la presidencia de Madrid.
Desde entonces, la relación entre los dos hombres fuertes del socialismo madrileño se enfrió. Tal ha sido así, que la dirección federal del PSOE ha tenido que tomar partido y pedir al secretario general del PSM que pacte con Jaime Lissavetzky la composición de la lista para la Alcaldía de Madrid.
La dirección regional del PSM, que el mismo Gómez controla, ha aprobado una lista electoral para Madrid sin contar con el visto bueno del candidato. Lissavetzky considera que la lista no le permite formar equipos y se queja de que «faltan algunas personas» (solo controla a 6 de los 18, el número actual de ediles socialistas en Madrid). Éste ha sido el motivo por el que el aún secretario de Estado para el Deporte ha recurrido a la dirección federal.
Tal y como publica este jueves el diario Público, la dirección federal advierte a la dirección regional: «A la Ejecutiva Federal le gustaría que se llegara a una propuesta de consenso para no tener que tomar decisiones». El aviso es para los dos dirigentes, pero especialmente para Gómez, ya que como ha reivindicado Lissavetzky los estatutos dicen que la lista ha de hacerse «de acuerdo con el candidato».
El secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, viene desplegando desde hace tiempo esfuerzos de mediación, que el martes se tradujeron en sendas conversaciones por separado con Gómez y Lissavetzky. De momento, ambos mantienen las espadas en alto y se han saltado la petición de «no hacer ruido», lo que hace temer que el acuerdo será muy difícil, si es que resulta posible. Pero Iglesias, que preside la Comisión Federal de Listas, seguirá intentando el consenso hasta el último momento. Su argumento de fondo es que con un enfrentamiento de esta naturaleza no se puede acudir a unas elecciones con expectativas de éxito y todos saldrán perjudicados.
Nuevos enfrentamientos
Este miércoles, ambos dirigentes volvieron a dar muestras de su desencuentro. Tomás Gómez animó al candidato a la alcaldía, Jaime Lissavetzky, a decir «qué nombres le sobran» de la lista al Ayuntamiento aprobada por la Ejecutiva Regional y advirtió de que «cuando Ferraz le trajo a Madrid no fue para dividir a los socialistas madrileños». «Cuando la dirección federal trajo a Lissavetzky a Madrid fue para ayudar a ganar las elecciones, no para dividir a los socialistas madrileños, ni para hacer oposición a la Ejecutiva Regional», recalcó Gómez.
El líder del PSM, que hizo estas declaraciones en la sede de su partido, defendió que los hombres y mujeres que forman la lista para el Ayuntamiento de Madrid son «los mejores» y que si Lissavetzky no está conforme «debería decir quién no le parece tan bien». «Hemos elegido a los que hemos entendido que son los mejores y Jaime Lissavetzky, que es un hombre serio y responsable, cuando se siente diez minutos y reflexione verá que es la mejor candidatura para ganar», argumentó.
Aseguró que «no contempla desde ningún punto de vista» la posibilidad de que la dirección federal le «desautorice» y también dijo estar seguro de que Lissavetzky «no se va a retirar» de la lucha por la alcaldía de la capital. Además, hizo hincapié en que «no hay que leer la candidatura en otra clave que no sea la ciudad de Madrid», porque las «primarias están enterradas y pasadas». «En esa candidatura todos sus componentes sin excepción han apoyado al futuro alcalde de Madrid, que es Jaime Lissavetzky, sin ninguna fisura y sin ninguna duda. Por tanto es una candidatura cien por cien de Jaime Lissavetzky», sostuvo.
Lissavetzky abre las puertas del diálogo
El candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, ha afirmado este jueves que siguen «abiertas todas las puertas al diálogo» con la dirección del PSM para consensuar la lista para las próximas elecciones municipales y se ha mostrado convencido de que, al final, podrá llegarse a una «buena situación».
El candidato socialista y secretario de Estado para el Deporte ha hecho estas declaraciones en Bilbao antes de participar en la inauguración del ciclo «Somos pura química», que se celebra con motivo del Año Internacional de la Química.
El pasado martes, Lissavetzky no dio su conformidad a la lista que había aprobado la Ejecutiva del PSM para la Alcaldía de Madrid porque los nombres que la integran no se adecuaban, en su opinión, al «perfil técnico-político» que él busca.
A preguntas de los periodistas, ha insistido en que no tiene «muchas cosas que aclarar», ya que hay una normativa interna del Partido Socialista que dice que cualquier lista a un Ayuntamiento de más de 50.000 habitantes debe tener el apoyo del candidato.
Lissavetzky, quien ha apuntado que este jueves no ha tenido ningún contacto con el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, ha valorado el trabajo que ha habido entre las primarias y la elaboración de las listas, y ha añadido que, aunque no se ha llegado a un acuerdo en el momento de la presentación de las listas, las puertas al diálogo están «abiertas».