sábado, enero 11, 2025
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Detenidos los activistas de Greenpeace tras encaramarse en la torre de Cofrentes

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Después de siete horas desde que 15 activistas accedieran a la central nuclear de Cofrentes (Valencia), los activistas han abandonado la instalación y han sido detenidos y trasladados al cuartel de la Guardia Civil en Requena. A los 15 activistas se suma un fotógrafo independiente, detenido desde las 10:00h.

Greenpeace niega rotundamente que se haya utilizado la violencia durante la acción. Greenpeace reitera que si durante la acción tres trabajadores de la central han resultado heridos, tal y como afirma el CSN, en ningún momento se ha debido a ningún comportamiento violento de los activistas.

«El desvío de la atención hacia la incuestionable actitud pacifista de los activistas es una maniobra para evitar la cuestión clave: la falta de seguridad en las centrales nucleares y la necesidad urgente de establecer un calendario de cierre», ha afirmado Miren Gutiérrez, directora Ejecutiva de Greenpeace España. La organización insiste en que no se renueve el Permiso de Explotación de Cofrentes, que vence el próximo 19 de marzo, y se proceda a su cierre definitivo.

Ha sido la organización ecologista la que, desde el primer momento, mediante una llamada telefónica a la Sala de Emergencia del CSN, SALEM, ha avisado de la entrada de los activistas en la central nuclear para llevar a cabo una acción de protesta pacífica.

Greenpeace exige seriedad en las valoraciones sobre su protesta y considera especialmente grave que Miguel Sebastián, ministro de Industria, Turismo y Comercio, haya afirmado «que se haya utilizado la violencia». Greenpeace pide una rectificación pública al ministro porque sus declaraciones carecen de todo fundamento.

Asimismo, al respecto de su declaración en la que ha añadido que «a nosotros siempre nos ha gustado el debate nuclear y tendremos diálogo», Miren Gutiérrez, ha añadido: «Para que haya un diálogo sobre el debate nuclear, la otra parte ha de escuchar. Pero el ministro Sebastián lleva años sin querer hablar con los grupos ecologistas, mientras solo atiende a la industria nuclear, del carbón y del petróleo, atacando y destruyendo las energías renovables».

Las acciones de Greenpeace se llevan a cabo siempre regidas por la no violencia, un principio que ha permitido a la organización ecologista desarrollar su denuncia pública durante sus cuarenta años de trayectoria.

Un grupo de activistas de Greenpeace han entrado en el complejo de la central nuclear de Cofrentes, en Valencia, en la que llevan a cabo una acción de protesta para reclamar el cierre de esta instalación, cuya licencia de explotación expira el próximo mes de marzo.

Fuentes de la organización ecologista han informado a Efe que un grupo de escaladores han comenzado a trepar por la torre de refrigeración de la central en la que tienen la intención de hacer una gran pintada con la advertencia «peligro nuclear».

Los ecologistas pretenden denunciar lo que consideran falta de seguridad de la central, que entró en funcionamiento en 1984 y cuya autorización de explotación está pendiente del informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y posterior decisión del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. En 2009, diversos grupos ecologistas y vecinales constituyeron la plataforma «Tanquem Cofrentes» para pedir el cierre de la central.

La central valenciana de Cofrentes es la quinta más antigua de España, tras las de Garoña (1970), Almaraz I (1980), Ascó I (1982) y Almaraz II (1983).

Greepeace cree que Cofrentes es una instalación «envejecida y de funcionamiento peligroso». Es una instalación peligrosa que cuenta con un interminable listado de fallos y de problemas de seguridad sin resolver, lo que evidencia, según los ecologistas, el agotamiento de su vida útil.

Alerta de emergencia

La dirección de la central nuclear de Cofrentes (Valencia) decidió declarar la «alerta de emergencia» ante la acción que llevaban a cabo una veintena de miembros de la organización ecologista Greenpeace, de acuerdo con su Plan de Emergencia Interior.

En un comunicado, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) informa de que ha activado su organización de respuesta a emergencias, que implica la constitución de su sala de emergencias (SALEM) y el mantenimiento de una continua comunicación de la misma con el Centro de Coordinación Operativa de la Subdelegación del Gobierno en Valencia.

Durante la protesta, la central anunció que continuaba funcionando en condiciones estables y con todos los sistemas de seguridad disponibles».

Asimismo, el CSN asegura que «algunos activistas» de Greenpeace permanecían «en la zona de las torres de refrigeración de la planta, controlados por las fuerzas de seguridad aunque no han accedido a las zonas vitales de la instalación».

También se activaron los procedimientos establecidos en el plan de seguridad de la central y de las autoridades competentes coordinadas por la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana, entre las que se encuentran diversas unidades de la Guardia Civil, y se ha reforzado el control de accesos a la central.

Una veintena de activistas de Greenpeace entró en el complejo de la central nuclear para llevar a cabo una acción de protesta para reclamar el cierre de esta instalación, cuya licencia de explotación expira el próximo mes de marzo.

Fuentes de la organización ecologista informaron a Efe de que un grupo de escaladores había comenzado a trepar por la torre de refrigeración de la central en la que tienen la intención de hacer una gran pintada con la advertencia «peligro nuclear».

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