El delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, ha asegurado este miércoles que la teleasistencia no es una medida de protección para las víctimas y ha opinado que ante situaciones de riesgo debería plantearse el uso de las pulseras que permiten la localización del agresor.
Lorente ha hecho esta aclaración tras la polémica generada en torno al asesinato de la última víctima de violencia machista, en Málaga, que había solicitado el pasado mes de julio teleasistencia móvil a la comisión encargada de valorar su uso, integrada por miembros del antiguo Ministerio de Igualdad y la FEMP.
«La pulsera va destinada a la protección de las mujeres, mientras que la teleasistencia va dirigida a asistir el proceso de recuperación y de tratamiento sicológico y social que reciben las mujeres tras la denuncia», ha explicado Lorente.
Por ello, estima necesario «desvincular completamente esa insinuación que se ha lanzado, intentando vincular el homicidio» con la existencia o no de un «sistema destinado a la recuperación de las mujeres», porque opina que sólo «alimenta» las intenciones de los maltratadores.
«Hay hombres que están pensando en matar a sus mujeres y este tipo de información, que desvía las miradas de sus intenciones, lo que hace es consolidar su posición», ha opinado.
El delegado del Gobierno ha detallado que la comisión encargada de valorar la necesidad de teleasistencia recibió la solicitud de la mujer malagueña y decidió no tramitarla, «en ningún caso se denegó», porque no ajustaba «al formato necesario para poder tomar una decisión, faltaba información».
«El hecho de que fuera riesgo bajo nunca es motivo de denegación de una solicitud porque a veces hay casos de riesgo bajo y sí necesitan teleasistencia, como cuando una mujer está sola», ha indicado el delegado, quien ha insistido en que «este dispositivo es para ayudar a la recuperación de la mujer, no es un factor para excluir el riesgo» que «debe ser asumido con otro tipo de dispositivos, como por ejemplo las pulseras».
Para Lorente, «el sistema tiene limitaciones, pero no errores como a veces se interpretan».
«Tenemos que hacer una valoración de lo que ha ocurrido, estamos estudiando todos los factores para ver qué cuestiones han podido surgir o producir algún tipo de interacción que se haya traducido en alguna anomalía, para mejorarla», ha señalado.
Respecto a los cursos con los que el maltratador consiguió que se suspendiera la pena de 14 meses a los que había sido condenado, el delegado del Gobierno ha rechazado que «sean inútiles», aunque ha opinado que «sirven para lo que sirven».
«Ningún curso va a modificar un planteamiento estructurado de personalidad en el cual la violencia se plantea como una posibilidad para ejercer el control y dominio sobre una mujer», ha dicho Lorente, aunque ha aclarado que «la mayoría de los agresores que pasan por esos cursos no vuelven a maltratar».