Sobrepeso u obesidad, drogas y trastornos mentales o de comportamiento, con incidencia diferente, son los principales riesgos de salud de los españoles de entre 10 y 19 años, según han dicho los responsables de Unicef España en la presentación del informe «La adolescencia. Una época de oportunidades».
No obstante, la principal causa de mortalidad entre los adolescentes españoles es la siniestralidad del tráfico, fundamentalmente de motos, como en otros muchos países.
Aproximadamente un 20 por ciento de los 1.200 millones de adolescentes de todo el mundo tiene algún problema de salud mental o de comportamiento, una proporción que ha aumentado en los último 20 ó 30 años, especialmente en los países desarrollados, según el estudio citado, de ámbito mundial.
Alrededor de la mitad de los trastornos mentales de la vida comienzan antes de los 14 años y el 70 por ciento antes de los 24.
A falta de datos concretos sobre España, la directora de Unicef, Paloma Escudero, ha señalado que se trata de un fenómeno «creciente» y que el comité que evalúa el cumplimiento de la Convención de los Derechos del Niño en nuestro país ha recomendado que se desarrolle la especialidad médica de psiquiatría infantil.
La encargada de políticas de infancia de este organismo internacional en España, Marta Arias, no ha precisado causas específicas de los trastornos mentales, pero los ha relacionado con factores como familias desestructuradas, violencia, desempleo y situación económica.
Sobre los otros riesgos, el 27,6 por ciento de los niños y adolescentes españoles de entre 2 y 17 años tenían sobrepeso o eran obesos en 2006, según datos de la Encuesta Nacional de Salud recogidos por Unicef.
En 2007, España estaba entre los países de la OCDE con mayor nivel de obesidad infantil.
En 2008, el 56,2 por ciento de los que tenían entre 14 y 17 años habían tomado alcohol y el 18,7 habían consumido cannabis en los 30 días anteriores a que respondieran a la Encuesta Estatal de Uso de Drogas.
Entre otros datos del informe, más del 50 por ciento de las adolescentes del mundo en desarrollo justifican la violencia machista en determinados casos, como que se queme la comida o negarse a mantener relaciones sexuales.
Por otro lado, preguntada por la situación de los jóvenes en las revueltas en países como Egipto y Libia, Escudero ha reiterado que tienen derecho a ser protegidos en situaciones de violencia y a participar en esos movimientos.
Redacción