La prohibición de fumar en bares y discotecas ha llegado a las redes sociales en forma de protesta. La polémica no es por la ley antitabaco en sí, sino por los olores desagradables antes ocultos tras el humo del cigarrillo, que afloran en los establecimientos de todo el país ahuyentando a la clientela. Los grupos de Facebook empiezan a proliferar y ya se cuentan por decenas, mientras la idea se contagia a otras plataformas como Twitter.
A muchos no les gusta la ley antitabaco, otros lo agradecen y, en general, parece haberse agudizado la conciencia por el aire puro y los ambientes saludables en los espacios interiores. Las páginas de Facebook surgidas en las últimas semanas tienen un perfil parecido e inciden en que “muchos bares huelen mal”.
Algunas son más reivindicativas, otras apuestan directamente por el sentido del humor. La página Gracias a la ley anti-tabaco, ahora necesitamos una ley anti-sobaco cuenta 7.500 seguidores, mientras que Prefiero el tabaco que el olor a sobaco llega a los 5.000 y La ley antitabaco, fomenta el olor a sobaco ya cuenta con 4.500 miembros.
“Ahora en los bares huele a fritanga, a olor a pies, a sobaco, también al borracho que apesta a alcohol y, cómo no, a baños putrefactos. ¡Gracias ley antitabaco por descubrir esos olores tan cotidianos!” escribe un usuario en una de las mencionadas páginas.
Soluciones para la hostelería
Los hosteleros toman medidas y se buscan alternativas. De este modo, instalan ambientadores potentes que vuelvan a más o menos a enmascarar los olores,
pero que no solucionan la raíz del problema. La opción más eficaz es la generación de ozono, que atrapa el olor a la vez que purifica y desinfecta el ambiente.
Un sistema que se lleva utilizando muchos años en la industria alimentaria entre otros muchos usos, por su alta capacidad desinfectante y desodorizante, y por su seguridad ya que no deja residuos.
Además en ocasiones tras los malos olores se esconde un problema mucho más preocupante, ya que pueden ser un síntoma de insalubridad en las instalaciones. El olor a cañería, el aire viciado y la falta climatización son el cobijo perfecto para la proliferación de distintos microorganismos y partículas
nocivas.
Redacción