Una niña gaditana de cuatro años se está recuperando de forma «excepcional» de un meduloblastoma de grado 4 -un tumor cerebral grave y muy poco frecuente- gracias a un tratamiento con células madre obtenidas de su propio cordón umbilical, que sus padres decidieron conservar cuando la niña nació.
El caso de esta niña, Alba Ramírez, es especialmente singular porque se trata del primer caso conocido de una persona que recibe en España un tratamiento de células madre de su propio cordón umbilical para combatir un tumor cerebral, según avanza hoy el diario «El País».
Aunque Alba nació completamente sana el 9 de febrero de 2007 en Cádiz, sus padres decidieron hacerle un «seguro de vida», que es como su madre, Teresa Molina, define a la decisión de congelar su cordón umbilical y conservar así sus células madre.
«Fue decir: tal vez sirva o no, pero vamos a congelarlo. Y ha sido una decisión providencial», ha declarado a Efe la madre de la niña que, aunque no puede considerarse aún que esté curada completamente porque no ha transcurrido el tiempo suficiente -en oncología son necesarios cinco años-, lleva 16 meses sin tratamiento y hace una vida normal, aunque tiene que acudir a las lógicas revisiones periódicas.
Al nacer Alba, sus padres contrataron los servicios de la empresa Crio-Cord, un banco español de conservación de células madre, que congeló el cordón umbilical.
A los 22 meses del nacimiento de Alba -en septiembre de 2009-, la niña empezó a tener unos síntomas que preocuparon a sus padres, especialmente inestabilidad a la hora de andar, que les llevó a iniciar un periplo de visitas a médicos.
Un pediatra de Cabra (Córdoba), -de donde es la madre de Alba-, Diego de la Cruz, sospechó que la niña podía tener «algo importante», según recuerda Teresa, quien explica que al día siguiente acudieron al hospital Reina Sofía de Córdoba para que la atendieran.
En un primer momento los médicos le indicaron que la niña estaba bien, pero, ante la insistencia de los padres, un doctor le pidió a Alba que cogiera un bolígrafo y, al no conseguirlo, decidieron someterla a un TAC que detectó el meduloblastoma.
Durante ese tiempo, los padres de Alba no dejaron de repetir a todos los médicos a los que acudían que tenían congelado el cordón umbilical de la niña, «por si servía para algo», recuerda Teresa.
El proceso de curación comenzó con la extirpación de la mayor parte del tumor adosado en el cerebro y después se sometió a Alba a quimioterapia para reducir el tamaño del tumor restante, según ha informado la empresa Crio-Cord en un comunicado.
A continuación se le aplicó quimioterapia más intensiva para eliminar completamente las células tumorales, pero en esta última fase la quimioterapia no solamente destruye el tumor sino también el sistema sanguíneo del paciente; por ello, había que recomponer dicho sistema con células madre.
Por eso, se procedió al trasplante de las células madre de su cordón umbilical, que previamente habían sido solicitadas por el Hospital Niño Jesús de Madrid a Crio-Cord, quien las hizo llegar desde las instalaciones de Bélgica y Holanda.
Tras el trasplante, las células madre migraron hasta la médula ósea, donde se multiplicaron y empezaron a generar glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas, iniciando así la regeneración de su sistema sanguíneo.
A los 60 días del trasplante, le fueron infundidas nuevas células madre, en esta ocasión provenientes de su sangre periférica, para acelerar el implante plaquetario.
Catorce meses después del trasplante, la niña ha reconstruido completamente su sistema sanguíneo y disfruta de una vida normal, con las lógicas revisiones médicas.
El jefe del servicio de Oncohematología del Hospital Niño Jesús de Madrid, Luis Madero, fue el responsable del tratamiento de Alba y su posterior seguimiento y ha indicado que se trata de un caso «único» en España, según la nota de Crio-Cord.
«La utilización de células madre para la regeneración del sistema sanguíneo es un tratamiento extendido en este tipo de cáncer. Lo que convierte el caso de Alba en único es que por primera vez en nuestro país las células madre provenían de su propio cordón umbilical, conservado al nacer», sostiene Madero.
«En los últimos años, los trasplantes de células madre de la sangre del cordón umbilical han experimentado un crecimiento importantísimo.
Concretamente para el caso de hermanos, éstas células madre son la mejor opción terapéutica que existe», añade el doctor Madero.
La niña, según cuenta su madre, está luchando con las secuelas de las intervenciones quirúrgicas, pero está «ganando» y «venciendo» a esta enfermedad de forma «excepcional».
Redacción