Las torturas televisadas de un cachorrito provocan el nacimiento en la red del mayor movimiento espontáneo contra el maltrato animal. Cerca de 100.000 internautas de España y miles de otros países unidos por su amor a los animales, han dicho basta ante las cruelísimas imágenes que un torturador colgara en la red de redes. Con el solo concurso de su esfuerzo y horas robadas al sueño, miles de voluntarios, como primera medida, preparan la celebración de múltiples manifestaciones en ciudades españolas para el próximo 25 de marzo.
Con sus figuras de hombres y mujeres anónimos con sus brazos en alto, quieren visualizar en sus pancartas el clamor popular contra el maltrato animal como impropio de países civilizados y solicitar a los políticos de cualquier ideología que luchen también por los más débiles, carentes de voz y voto. Su objetivo es lograr la adecuación de la legislación española y su endurecimiento para homologarnos a los países más desarrollados y civilizados.
Hace unas semanas, después de la noticia de un individuo que había difundido en la red, un vídeo que mostraba el sufrimiento de un perro de dos meses mientras era torturado, miles de internautas comenzaron a movilizarse para encontrarlo, pero para su sorpresa lo que encontraron fue un país con un código penal que castiga ese tipo de horribles conductas con una simple multa si el acusado no tiene antecedentes penales, y una Ley de protección animal que no existe, además de corroborar que España no está adherida al Convenio Europeo de Protección de Animales Domésticos, con lo que nuestros animales no pueden gozar de la misma protección que el resto de animales en Europa.
El detonante para la creación de este organización fue el muy conocido “caso schnauzi” que aunque no siendo el único ni el peor caso de maltrato animal del que somos testigos en el mundo, ha movilizado a miles de personas que ya no quieren aguantar más que este tipo de malas conductas tengan un espacio dentro de nuestra sociedad no siendo denunciadas, controladas ni juzgadas como la gravedad de las mismas hace que se merezcan.
Redacción