Los peritos de la Guardia Civil que han analizado los cortes de las cintas grabadas en el bar Faisán antes y después de que se produjera el «chivatazo» a ETA han asegurado que las imágenes en las que aparece el inspector imputado José María Ballesteros cuando se produjo el soplo no han sido manipuladas.
Así lo han ratificado los agentes que han comparecido este lunes ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz para ratificar el informe pericial que han elaborado sobre los cortes que hay en 4 de las 9 cintas que han analizado porque presentaban «analogías o similitudes respecto de los cortes detectados» en la grabada el día que se produjo el chivatazo, el 4 de mayo de 2006.
Según han explicado fuentes personadas en la causa, los peritos han afirmado que «no hay manipulación ni sobreimpresión» en las imágenes grabadas en los alrededores del bar Faisán «desde las 11:08 a las 11:31» horas el día del «chivatazo» con el que se alertó a ETA de una operación contra su red de extorsión, que han sido aportadas al juez por el equipo investigador en un informe ampliatorio.
Esas imágenes son las mismas en las que el propio Ballesteros se ha reconocido después de haberlas visionado ante el magistrado y en las que aparece durante tres momentos diferentes de la grabación: entre las 11:14:05 y las 11:14:10; entre las 11:30:03 y las 11:30:08, y entre las 11:46:15 y las 11:46:25. En relación con los cortes que hay en las cintas grabadas los días anteriores y posteriores al 4 de mayo, los peritos han manifestado que son «distintos» a los detectados en una de las cintas grabadas ese día, en las que figuran dos cortes.
En concreto, han añadido las fuentes consultadas, los agentes de la Guardia Civil han señalado como posibles causas de las interrupciones registradas en las cintas antes y después del soplo que hayan sido «regrabadas», «rebobinadas» o hubiera una «avería».
Las cintas que han examinado los peritos son las numeradas como 3, 4, 6 y 9, que corresponden «correlativamente» a los días 1 de mayo, 5-6 de mayo, 7-8 de mayo y 3 de mayo. Además de Ballesteros, en la causa están imputados el exdirector de la Policía Víctor García Hidalgo y el jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamiés.