Si en España la homosexualidad ha estado reprimida hasta hace apenas dos década, no podemos ni imaginar qué sería ser gay en la prehistoria, cuando aún no existía un término para definirlo.
Esta semana ha salido a la luz lo que probablemente sea el primer esqueleto gay registrado, según informa The Telegraph y Daily Mail.
Los restos fueron encontrados a las afueras de Praga (República Checa) y corresponden al de un hombre que vivió entre los años 2.900 a 2.500 antes de Cristo, y por tanto pertenecía a la cultura de la Cerámica Cordada.
El pobre hombre igual fue muy macho durante toda la vida y sólo tuvo la mala suerte de ser confundido con una mujer cuando iban a enterrarlo. Lo que pasó, ya no lo podemos saber, pero lo que si sabemos es que los restos encontrados son masculinos y la forma en la que se enterró era el modo de enterrar a las mujeres. Así, que, ¿se trata del primer homosexual de la historia?
Según el ritual funerario de por aquel entonces, se enterraba de una manera diferente a hombres y mujeres: «A los hombres se les enterraba sobre su costado derecho y mirando al oeste acompañados de utensilios de guerra como lanzas, cuchillos o cualquier otra arma o herramienta de la época y algunas porciones de alimento y bebida para el trayecto, mientras que las mujeres eran enterradas sobre su lado izquierdo y con la cabeza mirando hacia el este. Éstas estaban acompañadas de collares hechos con dientes de animales, pendientes de cobre, jarras y/o utensilios de menaje, así como un recipiente en forma de huevo que era colocado cerca de los pies».
En el caso de este esqueleto de hombre, recostado sobre su lado izquierdo, miraba hacia el este y estaba acompañado de menaje en lugar de armas. Lo que parece broma, se lo están tomando muy en serio los científicos e historiadores que investigan el nicho y aseguran que probablemente se trate un hombre con una orientación sexual diferente: «Homosexual o transexual”.
Redacción