Una de la tarde, plaza del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid. Los 33 grados que marca el mercurio no disuaden a los cerca de 400 ripenses que se mueven en torno a la plaza, en cuyo centro se ha situado una pancarta. La asamblea se ha convocado una hora antes, pero aún en este punto los allí reunidos apenas han podido avanzar más allá del tercer tema a tratar.
El movimiento 15 M se ha hecho efectivo este sábado en los municipios de la Comunidad de Madrid. Ciclistas curiosos, madres con sus bebés, señores de la tercera edad cubiertos con sus sombreros de paja… todos quieren saber qué pasa, qué ha pasado, después de que hace 13 días algo movilizará a un sector muy numeroso y heterogéneo de la ciudadanía. Ahora tienen la oportunidad de saberlo allí mismo, a unas manzanas de sus casas; ahora pueden participar los que no lo hicieron desde la puerta del Sol desde el 15 de mayo. Los indignados han llamado a su puerta, y muchos han querido salir a escucharles y a hablar con ellos.
“Sería interesante que participaran nuevas personas, queremos escuchar más voces, hasta el momento sólo estamos viendo participar a los mismos”, anima una de las responsables de la Asamblea.
Una de las portavoces recuerda cada 20 minutos, por megafonía, que es importante que participen más voces. Es el primer día –no será el último- de las Asambleas Populares, y hay muchos vecinos que prefieren esperar para ver “de qué va esto”.
Un hombre de unos sesenta años circunda la reunión con un periódico bajo el brazo, está repartiendo hojas a aquellos que pueden necesitar un sombrero para soportar mejor el sol de justicia que cae a esa hora sobre la plaza.
En uno de los accesos laterales, dos coches patrulla de la Guardia Civil observan, tranquilos, lo que allí sucede. No hay más de cinco agentes por los aledaños de la explanada y apenas nadie se percata de su presencia.
El edificio del ayuntamiento asiste con solemnidad al encuentro. En una plaza carente de arbolado, las únicas sombras posibles se encuentran bajo los soportales del centro cultural García Lorca. Hasta allí van y vienen, por turnos, quienes se han prestado voluntarios para recoger agua en garrafas de plástico y distribuirla entre los asistentes…
Hay impaciencia por escuchar algo interesante. Ha transcurrido algo más de una hora desde que comenzó la asamblea y los primeros espontáneos toman el micrófono para intervenir.
Rivas se compromete a celebrar asambleas semanales
Las primeras decisiones que se aprueban por unanimidad son la hora de finalización de la Asamblea, que será a las 15’00 de la tarde. La segunda, que habrá una nueva convocatoria, en el mismo sitio, y a la misma hora –el mediodía- del próximo sábado, el 4 de junio. Una cámara del ayuntamiento ha llegado hace minutos y graba todo lo que allí sucede. Los asamblearios han planteado al foro que se vote si se exigirá al consistorio o no una copia de dicha grabación. La mayoría vota a favor de que así se haga.
La presencia de medios en la plaza no es notable. Rivas cuenta con varias publicaciones impresas, pero los redactores de las mismas, de estar allí presentes, se han camuflado entre el respetable. Si hay testigos mediáticos de lo que allí sucede, se admite sin estridencias, y especialmente, como asegura una de las asamblearias, con modestia, porque este sábado es un día en el que se sabe que la repercusión de esta convocatoria no será en absoluto comparable a las concentraciones milenarias que en las últimas dos semanas han llenado portadas y han abierto los informativos de las distintas cadenas de televisión.
Hora y media después del comienzo de la Asamblea, Manu, un joven de no más de 25 años, anuncia que va a comenzar a votarse la permanencia o no en Sol de los acampados. Es uno de los mandatos del movimiento, y uno de los primeros interrogantes que se quiere formular a los vecinos de los ayuntamientos de la región.
Destacan tres factores, tres posibles salidas a la concentración del kilómetro cero de Madrid. La primera, de índole “ideológica”. Han empleado este término para explicar que las concentraciones en la Puerta del Sol son el centro y el eje del resto de concentraciones que están teniendo lugar en otras ciudades de España. Con ese argumento, se postulan aquellos que defienden que no hay que levantar el campamento hasta que no se plasmen propuestas firmes.
Existe una segunda alternativa, la de quienes opinan que la situación en la acampada de Sol es ya algo insostenible. El cansancio se apodera de muchos y las condiciones de salubridad van brillando por su ausencia. En ese contexto piden que se cambie el emplazamiento de la concentración en la capital.
La tercera propuesta tiene que ver con la imagen del propio movimiento 15M. En la última semana, aseguran quienes han estado allí acampados, la imagen pública del movimiento se está degradando. Es por eso necesario cambiar de estrategia y que el desmantelamiento de la puerta del Sol se produzca sin que éste sirva de excusa a determinados actores políticos para tildar el movimiento de capricho pasajero.
La dimisión de Puig, entre algunos de los puntos aprobados por unanimidad en la Asamblea
La Asamblea Popular pide el cese del conseller de Interior de la Generalitat de Catalunya, Felip Puig. El voto unánime se añade al de quienes acuerdan llevar a Sol la noticia de que desde este municipio madrileño del Corredor del Henares, se formará una comisión de infraestructuras porque todos los participantes han acordado continuar también allí con las asambleas. El movimiento no se para. Calma, paciencia, mucho tiempo por delante e ilusión han sido las palabras más escuchadas en este mediodía caluroso de sábado. Sin más sombra que la de cinco o seis paraguas, trescientas personas se han dicho “hasta luego”, el próximo sábado volverán a encontrarse allí.