El vicepresidente primero del Gobierno y previsible candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha afirmado este lunes que se siente respaldado por «miles de dedazos» de militantes socialistas y ha dejado claro además que no teme la «bicefalia» con el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que seguirá siendo secretario general durante toda la legislatura y al que ha calificado como amigo «íntimo».
En su primera rueda de prensa en la sede del PSOE tras confirmar que será candidato, Rubalcaba ha intentado dejar atrás cualquier polémica con la ministra de Defensa, Carme Chacón, que se retiró de la carrera sucesoria denunciando que hubo movimientos que ponían en riesgo la estabilidad del Gobierno, en especial después de que el ‘lehendakari, Patxi López, reclamara adelantar el congreso del PSOE.
Rubalcaba no ha precisado si comparte esa percepción, alegando que es un debate que no interesa al PSOE una vez decidido que no habrá congreso hasta después de las generales. Y no ha desvelado si aspirará a ser secretario general del PSOE argumentando que cuando un atleta está en la posición de salida –«en los tacos»– «sólo piensa en ganar».
No obstante, ha asegurado que no se siente «aludido» por las acusaciones de Chacón y que lo que tenga que hablar con ella lo hará personalmente. Ha desvelado además que anoche mantuvieron una conversación larga en la que le dejó claro que cuenta con ella –oferta que Chacón aceptó, aunque no ha precisado cómo colaborarán–.
Asimismo, le ha agradecido sus palabras de elogio: «Dijo una cosa que es verdad, que es mi experiencia. Pienso que es uno de mis activos, nunca he oído a nadie criticar a un candidato por tener experiencia».
Rubalcaba ha censurado a quienes de forma anónima le han acusado de maniobrar para hacerse con el puesto –«ni dedazo ni conspiración»– y desconoce si Chacón intentó pactar su retirada con él: «No me ha dicho nadie nada».
«Muy cercana» relación con Zapatero
El aspirante ha aprovechado también varias preguntas para destacar su relación «muy cercana» con Zapatero y se ha negado a revelar cuándo le dijo éste que le apoyaría como candidato. «No me gusta decir lo que me dice Zapatero». No lo he hecho jamás y no lo haré. La nuestra es una relación personal e institucional que nos pertenece a ambos», ha señalado, aunque otros no sean tan discretos: «El pecado español es usar el nombre de Dios en vano».
De este modo, ha fechado en el pasado 2 de abril, día en que el presidente anunció que no aspiraría a un tercer mandato, el momento en que empezó a recibir «miles de llamadas y de apelaciones». Según relató, Rubalcaba decidió dar el paso adelante sólo durante la última campaña electoral de municipales y autonómicas, tras dos actos que le «emocionaron especialmente» en Granada y Vigo.
El aún aspirante no ha desvelado quiénes serán parte de su equipo, hasta que sea oficialmente candidato y se ha limitado a mostrar «respeto» por los militantes del PSOE que han dicho que desean competir con él, aunque deberán lograr más de 22.000 avales.
Y, de momento, no ve «incompatibilidad» entre ser candidato a la presidencia y ocupar puestos en el Gobierno, pero ha adelantado que si algún día ve que su «responsabilidad como vicepresidente se puede ver resentida» por su tarea como candidato lo dejará. No ha hablado, no obstante, de su cargo de ministro de Interior.
Posibilidad de ganar a Rajoy
Rubalcaba ha subrayado que presentarse a las primarias responde a su convicción de que puede ganar las generales a Rajoy el próximo año y, sobre todo, porque tiene un programa de gobierno que ofrecer a España. «Creo saber lo que España necesita para los próximos años y tengo una confianza ciega en el país para alcanzarlo», ha proclamado.
En este punto, no ha querido comentar en profundidad cuál va a ser ese proyecto alegando que aún no es oficialmente candidato, si bien ha apuntado que tendrá parte de «continuidad», sobre todo de las «conquistas» sociales, y de algunas reformas puestas en marcha, como la del sistema financiero.
«Hay cosas que luchar por mantener», ha remarcado, empezando por advertir de que un Gobierno del PP derogaría la Ley del Aborto. «El PSOE va a pelear por mantener derechos sociales, civiles y políticos que estarían en cuestión si gana el PP», ha insistido.
Además, ha replicado a las críticas contra su candidatura que ha dicho haber escuchado estos días por parte de Rajoy, y del presidente de los ‘populares’ andaluces, Javier Arenas. A los dos les ha recordado que, pese a compartir una biografía política parecida -los tres han sido vicepresidentes del Gobierno–, él nunca antes había sido candidato ni acumula las cinco derrotas electorales que suman entre ambos dirigentes políticos. «Es todo un récord», ha ironizado.
Dicho esto, Rubalcaba tan sólo ha hecho un breve avance de lo que, a su juicio, debería «cambiar» el PSOE de cara al futuro y es su forma de trabajar, centrándose singularmente en asuntos como la innovación o la educación. «No vamos a hacer lo mismo cuando salgamos de la crisis ni de la misma manera», ha apuntado.
Y a todo ello, ha agregado el crear empleo, que a día de hoy es «el gran problema de los ciudadanos españoles», y hacerlo con «eficacia» y «credibilidad». «No queremos que nadie se quede atrás en la salida de la crisis: o estamos encima de ello o se puede producir un aumento de las injusticias», ha remachado.
Sin embargo, ha evitado la expresión «giro a la izquierda»: «Se trata de construir un proyecto para salir al paso de los problemas», ha concluido. A su juicio, el PSOE ha hecho ya una «dosis de autocrítica más que razonable, autocrítica en vena», y ahora va a centrar la preparación de su conferencia política en «construir un proyecto» que se adapte al momento actual de la crisis. «El problema es que la gente lo ve muy negro y lo está pasando mal, y tenemos que ofrecerles salidas», ha recalcado.
Me siento «súper querido»
A preguntas de los periodistas, ha dejado claro que nunca ha tenido duda del apoyo del PSOE andaluz y, recordando el mitin de Granada, ha asegurado que ha sentido más apoyo a medida que iba «descendiendo por las estructuras orgánicas». Es más, ha dicho que ese apoyo de los militantes lo ha sentido especialmente en esa comunidad, donde se ha sentido «súper querido».
Y, sobre el papel que tendrá Patxi López en su proyecto, ha asegurado que el lehendakari, al que ha calificado de «figura de talla e importancia indudable», tendrá «el papel que le corresponde», pero igual que el extremeño Guillermo Fernández Vara o el andaluz José Antonio Griñán. «Creo profundamente en los proyectos cooperativos, los que trabajan conmigo saben que tomo muy pocas decisiones individualmente», ha asegurado.
Rubalcaba iniciará su tarea como candidato yendo el miércoles a Sevilla y el fin de semana a Cantabria, más a «entrar en contacto con los militantes» que a hacer discursos, y ha adelantado que sus próximos destinos serán previsiblemente Asturias, Cataluña y Madrid.
Pese a que el PSC no invitó a ningún dirigente nacional a la campaña de las últimas municipales, Rubalcaba ha asegurado que también siente su apoyo y ha apuntado que una de las cosas que hay que hacer es «mejorar» la «relación compleja» de Cataluña «con el resto de España». «Hemos hecho muchos esfuerzos que no siempre han sido bien entendidos, en los dos lados, soy consciente de esa situación y creo saber cómo resolverla», ha aseverado.
Sin embargo, el vicepresidente ha evitado responder a otras preguntas del partido no relacionados con la candidatura, como los pactos de Gobierno que pueda alcanzar el PSN en Navarra. Así, se ha limitado a decir que tiene su opinión y que cree que coincide con la del PSN, pero que serán ellos quienes decidan.