El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha pedido al líder del PP, Mariano Rajoy, que deje de lado el interés partidista y que contribuya a la generación de confianza en la economía española sin hacer siempre la «crítica fácil y populista». Así lo ha puesto de manifiesto Zapatero en la sesión de control al Gobierno en el Congreso, donde Rajoy le ha contestado que es él quien tiene que dejar a un lado el interés de su partido y de su candidato para las próximas elecciones y actuar en función del interés general de los españoles.
«Eso también queda en su legado para la historia», ha espetado Rajoy a Zapatero, tras asegurar que a ningún español se le pasa por la imaginación la idea de que Zapatero y su gobierno van a solucionar los problemas del país ni creen que será el Ejecutivo socialista el que traerá la recuperación económica.
De la misma forma, Rajoy ha echado en cara al jefe del Ejecutivo las cifras de desempleo, ya que un total de 2,7 millones de personas han perdido su trabajo desde que Zapatero prometiera el pleno empleo y la tasa de paro se ha disparado al 21%, lo que ha provocado que la situación del mercado laboral sea la principal preocupación para el 84% de los españoles, según el CIS.
Zapatero ha considerado «absolutamente normal» que los españoles perciban el paro como el principal problema del país dadas las circunstancias económicas y la «altísima» cifra de paro y ha recordado que en 2007 el desempleo ocupaba un nivel mínimo de preocupación y que en 1997, cuando la tasa se situó por encima del 21%, también fue el principal problema para los españoles (para el 87,6%).
En este sentido, reiteró que la creación de empleo depende del cumplimiento del objetivo de consolidación fiscal y de las reformas que favorezcan el cambio de modelo económico, como la reforma del sistema financiero, la reforma laboral, que tendrá resultados, o todas las políticas que se han llevado a cabo intentando generar confianza en los actores económicos.
«En esa tarea estamos todos obligados, mas allá del interés partidista. Espero que su señoría contribuya», ha señalado Zapatero, tras admitir una vez más que el cambio para cambiar el modelo y crear empleo será «duro y difícil», pero es el que se está haciendo.
Adelanto electoral
El presidente del Gobierno ha eludido responder al ser preguntado si descarta el adelanto de las elecciones generales. Si respondió cuando los periodistas le preguntaron por la renovación del Tribunal Constitucional. «Esperamos que se pueda producir», afirmó.
Las preguntas fueron formuladas a la salida del hemiciclo del Congreso de los Diputados, donde hoy acudió, como todos los miércoles, a la sesión de control al Gobierno.
Al ser preguntado si puede descartar ya el adelanto electoral, Zapatero sonrió y siguió caminando en dirección a la zona de Gobierno, sin responder nada. La misma pregunta fue formulada minutos más tarde, cuando el jefe del Ejecutivo salió de las dependencias del Ejecutivo en el Congreso en dirección al vehículo que le esperaba en el patio. Un periodista le preguntó si habría o no adelanto electoral y tampoco respondió.
Ayudas a la banca
Zapatero ha asegurado en el Congreso que las ayudas públicas a través de avales y compra de activos a la banca no han tenido ningún coste para el erario público y por contra han permitido Estado y han permitido obtener en contrapartida «más de 3.500 millones de euros para los Presupuestos públicos».
Asimismo, ha asegurado que en el último ejercicio fiscal, la banca supuso el 14,4% del total de la recaudación del Impuesto de Sociedades, siendo su participación en el PIB «menos de la mitad de esa cifra», un 6,6%, por lo que ha descartado la posibilidad de fijar un impuesto específico a las entidades, pues ya existe un «gravamen directo» a través de los Fondos de Garantía de Depósitos (FGD).
Zapatero se ha expresado en estos términos durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, en respuesta a la diputada de ICV, Nuria Buenaventura, quien le había planteado esta propuesta, que ya aplican comunidades como Extremadura o Andalucía, gobernadas por el PSOE, así como propusieron los socialistas en Madrid y Castilla La Mancha.
Lo que sí ha apoyado el jefe del Ejecutivo es la creación de un gravamen a nivel internacional sobre las transacciones financieras para introducir transparencia y control sobre el sistema financiero, una tasa indirecta que complementaría los «gravámenes espaciales y directos» a la banca como los FGD, un objetivo al el Ejecutivo destinará «todo su empeño político».
Estrella Digital/EP