El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha empleado hoy a fondo ante ERC, IU e ICV para defender su gestión económica, en la que ha aplicado, ha dicho, «el principio de realidad»; su política, ha dicho, «no es de izquierdas ni de derechas, es de sentido común». Tras escuchar los múltiples reproches de los portavoces de izquierdas en su último debate sobre el estado de la nación, les ha instado a mirar la «dura realidad» y ha recordado que un presidente del Gobierno tiene que actuar con «responsabilidad».
A un Gobierno «progresista», ha señalado, no le produce alergia la inversión pública ni el gasto social, reivindicaciones de ERC, IU e ICV, pero sabe que si continúa con la política de estímulos fiscales en el actual contexto nadie le prestará dinero. «¿Es duro? Pues sí; al Gobierno le gustaría tener una máquina de generar fondos», ha bromeado Zapatero antes de recordar que, incluso incrementando los impuestos, España no tendría recursos suficientes para hacer frente a todos sus gastos sin pedir dinero en los mercados.
Y es que, como ha apuntado, si se «castiga» mucho a las empresas se corre el riesgo de que rebajen su inversión y si se penaliza fiscalmente el ahorro, éste puede irse a otro lugar. Para Zapatero, éste ha sido «desde el primer día un Gobierno de izquierdas que cuando ha tenido unas condiciones normales ha hecho política de izquierdas nítidamente» y que cuando ha llegado la crisis más grave de los últimos ochenta años ha intentado preservar la protección social.
Ha garantizado así que mantiene sus principios y se ha sentido molesto al escuchar que el portavoz de ERC, Joan Ridao, le acusaba de haber claudicado, cuando «no adaptarse al principio de la realidad habría sido irresponsabilidad». Ante las peticiones de Gaspar Llamazares de reformar la ley electoral, ha reconocido que la actual sistema «maltrata» a IU y, sin comprometerse a nada, ha confiando en que «en algún momento» se den las condiciones necesarias para buscar un sistema mixto que combine la representación territorial y la proporcionalidad.
Pero no ha aceptado que Llamazares le dijera que por no cumplir con los compromisos electorales deba dimitir, contexto en el que le ha recordado que ha sido su coalición quien ha dado una presidencia autonómica (Extremadura) al PP a pesar de haber asegurado que nunca lo haría.
También ha hecho alusiones al 15-M al reconocer que cambiará la acción política, pero, pese a ello, ha insistido en que deben prevalecer «las urnas y los parlamentos». Al final, ha sentenciado a Ridao, Llamazares y Nuria Buenaventura (ICV): «Honestamente comprendo sus posiciones, pero si tuvieran la responsabilidad de gobernar, serían más comprensivos y más cercanos a la acción del Gobierno».
Rescate
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha reconocido que, si el Congreso no hubiera aprobado en mayo de 2010 el decreto ley de medidas de ajuste que incluyó el recorte de sueldos públicos y la congelación de pensiones, «probablemente» España habría necesitado rescate en la Unión Europea.
En su debate con el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, Zapatero ha agradecido el «diálogo efectivo» con los nacionalistas, que a su juicio contrasta con el «diálogo monocorde donde las posiciones no se modifican», en alusión al PP.
En ese sentido, reiteró el agradecimiento a CiU por permitir la aprobación del decreto de recortes de mayo de 2010, sin el cual, según ha admitido, «muy probablemente España se habría visto abocada a pedir ayuda». Gracias a eso, «este año hemos estado en una situación de más estabilidad y más confianza, no menos grave».
Reformas de fondo
Ahora bien, discrepa de Duran al considerar tibias las reformas emprendidas desde entonces en materia laboral, financiera y de pensiones. «No son tímidas las reformas adoptadas, son de fondo», subrayó, destacando que tanto la reforma laboral y como la de la negociación colectiva tiene un enorme potencial y «son palanca decisiva para la creación de empleo».
Tampoco acepta que, al hablar de la relación de Cataluña con el conjunto del Estado, CiU sitúen al PSOE y a PP al mismo nivel. «Soy persona paciente, pero me produce problema soportar eso», confesó.
De hecho, recordó que si hubo sentencia el Constitucional fue porque alguien recurrió, concretamente el PP, mientras que el Gobierno se ha limitado a acatarla pero no se responsabiliza de ella. Es más, aseguró que el Ejecutivo se ha manifestado, abierto, comprometido con el cumplimiento de las transferencias pendientes.
Lo mismo dijo de las inversiones en Cataluña, recordando a Duran que ha sido el PSOE quien ha defendido «por toda España» y ha ejecutado las inversiones recogidas en la disposición del Estatut, poniendo «el dinero» en los Presupuestos, mientras el PP lo criticaba.
Igualmente, dijo confiar en que ahora Cataluña cumpla con sus compromisos de control del déficit y garantizó que el Ejecutivo cumplirá por su parte sus compromisos con el Fondo de Competitivdad, pero en los plazos previstos. Eso sí, dijo no entender la propuesta de Duran para que el Tesoro cubra la deuda de Cataluña: «El Tesoro gestiona la deuda del Gobierno y las comunidades deben gestionar su deuda –recalcó–. Estamos abiertos a colaborar y ayudar, pero la gestión es suya».
El Tribunal Constitucional
Por otro lado, y ante los reproches de CiU por no renovar el Tribunal Constitucional dentro de los plazos legales –hay cuatro plazas que debían haberse renovado en noviembre de 2010–, el presidente prometió «todo el empeño» para desbloquear la situación, si bien admitió que «habrá que poner alguna regla de futuro» para que no queden esas vacantes tanto tiempo.
Zapatero quiso suscribir las «valientes palabras» de Duran en apoyo de la democracia parlamentaria pues considera que el modelo vigente tiene una «superioridad histórica incuestionable». «Todas las alternativas a la democracia representativa parlamentaria han conducido a escenarios de menos libertad», aseveró.
Además, aprovechó para romper una lanza en favor de la honradez de los políticos, pues dijo tener la convicción de que, más allá de la discrepancia de ideas, todos los parlamentarios están aquí «por defender ideas y el servicio público». «Si esto lo dijéramos más veces, no estaríamos en esta situación de facilidad con que se denosta la política con mayúsculas», concluyó.
Estrella Digital/EP