Todos los medios de comunicación se hicieron eco del accidente de tráfico ocurrido el pasado 11 de agosto en Asturias y en el que se vieron involucrados la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y su esposo, Fernando Ramírez de Haro, Conde de Murillo. El coche de Aguirre, conducido por su marido, embistió al automóvil que iba delante y fue alcanzado por el que iba detrás al que no le dio tiempo a frenar. El matrimonio no sufrió ningún daño, aunque sí los ocupantes de uno de los coches accidentados, que posteriormente tuvieron que ingresar en el hospital.
Aguirre y Ramírez de Haro habían estado comiendo con unos amigos y se dirigían, probablemente con el tiempo justo, a ver una corrida de toros en la plaza de El Bibio, de Gijón, donde hacía el paseillo el diestro Morante de La Puebla, uno de los favoritos de la presidenta de Madrid. Según ha podido saber Estrella Digital, fue la Policía Local la que gestionó el parte del accidente ya que el lugar en el que ocurrió es término municipal de Gijón, concretamente en la salida 385, de la A-8, en dirección a la rotonda de Viñao, donde la Guardia Civil, a pesar de que también se personó, no tiene juridiscción en materia de tráfico.
Prueba de alcoholemia
Aunque la reglamentación de tráfico no obliga a hacer la prueba de alcoholemia a los conductores accidentados y queda a criterio del agente llevarla a cabo en función de la envergadura del siniestro, sí suele realizarse cuando en el accidente ha habido heridos o los golpes de chapa son de importancia, como es el caso. Según fuentes de Estrella Digital, “inexplicablemente” los agentes de la Polícia Local de Gijón habrían desistido de realizar el test a pesar de haber tenido una primera intención de hacérselo al marido de Esperanza Aguirre. Este periódico posee el informe del siniestro elaborado por la Policía gijonesa y en él no consta ninguna referencia a la prueba de alcoholemia. Al contrastar la información con el Ayuntamiento de Gijón la respuesta oficial es que “en diligencias no figura nada”, ni sobre la prueba no realizada ni sobre los motivos que impidieron realizarla.
En medio de todo, las prisas por llegar a la corrida propiciaron una situación inaudita y pintoresca: Aguirre y su marido se fueron en otro coche dejando a los heridos a la espera de la ambulancia y a los agentes de policía perplejos y con la boca abierta ante semejante escena de desapego y desinterés por los afectados.
Cena con Álvarez Cascos
Al acabar la corrida de toros, el Conde de Murillo y la Condesa consorte cenaron con el Presidente de Asturias, Francisco Álvarez Cascos, y a quien Esperanza Aguirre ha defendido a capa y espada en contra del criterio del PP. Esta reunión no fue, precisamente, muy bien vista en Génova.
Los desplantes de Aguirre a la dirección del PP en el “asunto” Álvarez Cáscos es una constante y, de hecho, la semana pasada –pocos días después de esa cena que tantas ampollas levantó-, la presidenta madrileña instó al PP y a Foro Asturias a que den los pasos necesarios para unir sus fuerzas en Madrid ante las elecciones generales del 20N, al tiempo que les pidió que lo hagan «cuanto antes».
Reacción de la presidenta
La presidenta de la Comunidad Esperanza Aguirre ha sido preguntada por Estrella Digital sobre la información que este jueves publicamos. Aguirre ha respondido tras sonreir que se trató de un simple alcalce entre varios vehículos y que el parte fue amistoso, además ha señalado que la Guardia Civil fue la primera en personarse y más tarde acudió la Policía Local.
«Se trató de un alcance en cadena y que el parte fue de conformidad y fue la Guardia Civil la que llegó al lugar, la Policía Local llegó muchísimo más tarde», ha dicho Aguirre.
Redacción Estrella Digital