La obesidad es uno de lo principales problemas de salud pública en los países desarrollados con graves e importantes implicaciones socioeconómicas. Su alta incidencia podemos considerarla relacionada con la sociedad de consumo y los cambios de hábitos de vida.
Por un lado tenemos el sedentarismo exagerado, hasta en las tareas de la vida cotidiana, como el abuso del tiempo sentado delante del televisor, el mando a distancia y muchos otros electrodomésticos, el entretenimiento continuado con los videojuegos, el uso “indispensable” del automóvil y del ascensor, etc. Por otro lado está la continua oferta de la industria alimentaria de alimentos ricos en calorías no nutritivas y la comida rápida. Y todo junto ha producido, en una sociedad descuidada como la nuestra, que los casos de obesidad sigan aumentando exageradamente y desde edades muy tempranas.
Pero, ¿qué es la obesidad?, ¿cómo debemos definirla? y ¿cómo podemos medirla?. Todos pensamos que la obesidad es simplemente un exceso de peso, pero cuál de estos dos casos sería considerada como una persona obesa: un varón culturista que mide 1,80 y pesa 100 Kilos o una ama de casa que mide 1,60 y pesa 80 Kg.
La obesidad hay que definirla como un exceso de la grasa corporal de nuestro organismo. En condiciones normales el cuerpo humano tiene una cantidad de tejido graso que va aumentando con la edad y que difiere en cada sexo. Las cifras normales de tejido graso sobre el total de peso corporal podemos establecerlas en el sexo masculino entre el 17 y el 22% y en el sexo femenino entre el 23 y el 30%. Considerándose lo rangos inferiores para la edades jóvenes y los superiores para las edades avanzadas.
En la actualidad disponemos de nuevas técnicas de medición de la composición corporal. Destaca entre ellas, por su practicabilidad, la Bioimpedancia o Impedancia Bioeléctrica (BIA) que analiza la composición corporal midiendo la resistencia que ofrece nuestro cuerpo al paso de una corriente eléctrica de mínimo voltaje. Como el tejido graso es el principal tejido no conductor, mientras que la mayoría del resto de los tejidos son conductores, con esta técnica valoramos que, a más resistencia, mayor porcentaje de grasa corporal. Analizadores de este tipo podemos encontrarlos ya en centros médicos como en el nuestro y los consideramos una herramienta imprescindible.
Pero, en la práctica cotidiana cuando no se tienen estos analizadores, como en la mayoría de los casos el aumento de grasa corporal se traduce en un incremento del peso, podemos estimar el grado de sobrepeso y obesidad mediante una relación entre el peso y la talla. Y el parámetro que ha quedado en uso cotidiano es el Índice de Masa Corporal (IMC), también conocido por sus terminología anglosajona BMI (Body Mass Index). Se calcula dividiendo el peso corporal en kilos por la talla en metros al cuadrado. Y se consideran los siguientes grados de obesidad:
- IMC < 19,9 kg/m2 Infrapeso
- IMC entre 20 y 24,9 kg/m2 Normopeso
- IMC entre 25 y 29,9 kg/m2 Sobrepeso
- IMC entre 30 y 34,9 kg/m2 Obesidad grado I
- IMC entre 35 y 39,9 kg/m2 Obesidad grado II
- IMC > 40 kg/m2 Obesidad grado III o mórbida
Y no podemos olvidar que hay otra forma de medir la obesidad que tiene una gran importancia clínica al valorar el riesgo cardiometabólico. Consiste en medir el perímetro abdominal (PA) (a la altura equidistante entre la parrilla costal y la parte alta de la cadera). Se ha visto que la obesidad visceral concentrada en la zona abdominal tiene una relación directa con graves trastornos metabólicos y enfermedades cardiovasculares. Los valores del riesgo varían según el sexo:
- Varones: PA > de 95 cm. riesgo moderado y > de 102 cm. riesgo alto
- Mujeres: PA > de 80 cm. riesgo moderado y > de 88 cm. riesgo alto
Con estas tres mediciones podemos establecer en cada persona cual sería su peso ideal, aunque preferimos llamarlo PESO SALUD ya que sería el peso en el que podemos mantener, de una forma adecuada y equilibrada, tanto nuestra salud como nuestra estética.
Fdo: Dr. J.P. Fernández Corbelle
Col. Num.: 2828-37.029
DOCTOR EN MEDICINA y CIRUGÍA
DIRECTOR MÉDICO
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