Las mujeres que consumen cuatro o más tazas de café al día podrían presentar menor riesgo de desarrollar cáncer de útero, según un estudio realizado sobre más de 67.000 mujeres por la Harvard School of Public Health, (Estados Unidos), cuyos resultados se publican en ‘Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention’.
En concreto, estos investigadores vieron que las mujeres que bebían esa cantidad de café eran un 25 % menos propensas a desarrollar un cáncer de endometrio que aquellas cuya media de cafés diarios era de menos de una taza al día.
El riesgo absoluto de que cualquiera de las mujeres, consumidoras de café o no, pudiera desarrollar este cáncer fue bastante pequeño, con sólo 672 mujeres -un 1% del grupo de estudio– diagnosticadas de esta enfermedad en 26 años.
Aunque los autores del trabajo no pueden afirmar como cierto que el café fuera la razón de que las mujeres consumidoras de esta bebida presentaran un menor riesgo, el estudio viene a sumarse a otros que han obtenido similares resultados.
Según uno de los investigadores principales del estudio, Edward Giovannucci, de la Harvard School of Public Health, en Boston, el café por sí mismo podría reportar algunos beneficios. «Puede bajar los niveles de insulina y los niveles de estrógeno libre circulante en el organismo», añade.
Las mayores concentraciones de insulina y mayores tiempos de exposición durante la vida a los estrógenos han sido vinculados a mayor riesgo de cáncer de endometrio.
Estos investigadores observaron otros factores, como las diferencias de peso entre las mujeres, ya que la obesidad está también vinculada a un mayor riesgo de cáncer de endometrio, pero vieron que no contaban para el menor riesgo de cáncer detectado entre las bebedoras de café.
No se detectaron tampoco diferencias en el historial de partos de las mujeres o en el uso de hormonas, ni en el uso de píldoras anticonceptivas ni en el empleo de terapia hormonal tras la menopausia.
Por supuesto, tomar cuatro tazas de café diarias podría no ser una buena idea, sobre todo para alguien sensible a los efectos de la cafeína. Los investigadores descubrieron que, mientras el café estaba relacionado con un menor riesgo de cáncer, no existía un vínculo estadísticamente significativo con el descafeinado, a pesar de que había una tendencia interesante que apuntaba hacia esa dirección.
En teoría, añadir azúcar y crema al café podría ser malo para la línea. Con la obesidad también ligada a un mayor riesgo de cáncer, ésto podría eliminar cualquier potencial beneficio de beber café. «Sería prematuro recomendar que las mujeres bebieran café para reducir su riesgo de cáncer de endometrio», dice Giovannucci.
Estrella Digital/EP