Este viernes se cumplen cuatro años de la desaparición de la pequeña onubense Mari Luz Cortés, desaparecida el 13 de enero de 2008 y hallada sin vida en la ría del Tinto 54 días después.
De este modo, la pequeña de los Cortés, de la barriada onubense del Torrejón, salió de su casa a comprar golosinas y no volvió, apareciendo su cadáver casi dos meses después flotando en la ría de Huelva, después de que toda la sociedad onubense se movilizara en su búsqueda en este periodo.
El pasado mes de febrero se celebró el juicio por el crimen de la menor, en el que fueron condenados los hermanos Santiago y Rosa del Valle, y unas tres semanas después se dictó la sentencia del juicio más mediático que ha acogido la Audiencia Provincial de Huelva en los últimos años.
Así, Santiago del Valle fue condenado a 22 años de cárcel por un delito de asesinato y por un delito contra la libertad sexual de la niña y además se le prohibía residir en Huelva y comunicarse con los familiares de la víctima durante 32 años. Éste recurrió la sentencia de la Audiencia de Huelva al Tribunal Supremo y tras ser desestimado su recurso ahora acudirá ante el Tribunal Constitucional.
Mientras que su hermana Rosa fue condenada a nueve años de prisión al ser consideraba cómplice del crimen y se le prohibía durante 19 años comunicarse con la familia Cortés ni residir en Huelva, resolución que también fue recurrida por el letrado de ésta, Manuel Domínguez, ante el Tribunal Supremo, pero, al contrario que su hermano, acató la sentencia del Alto Tribunal.
Por su parte, la familia anunció un día antes del juicio que acataría la sentencia con independencia de su resultado para evitar «más sufrimiento».
Santiago del Valle
El 25 de marzo de 2008, 18 días después de que apareciera el cuerpo de la pequeña, Santiago del Valle fue detenido en una parada de autobuses de Cuenca y declaró a los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía que abordó a la niña por la calle, que le acompañó por voluntad propia hasta su casa y cuando subían las escaleras, la menor cayó accidentalmente y murió.
El hecho de que Santiago del Valle estuviera en libertad en los días en los que falleció Mari Luz, tras tener una causa pendiente con la justicia por cometer delitos relacionados con menores, hizo que el juez sevillano Rafael Tirado, que dictó la pena, fuera sancionado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con una multa de 1.500 euros por no ejecutar la sentencia por la que del Valle tendría que haber estado en prisión.
Por otro lado, los padres y familiares de Mari Luz mantuvieron reuniones con el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en 2008 y con otros políticos para endurecer las leyes relacionadas con la pederastia, pidiendo para Tirado la retirada de la carrera judicial, calificando el caso como «una vergüenza nacional».
Bajo el lema ‘Por una justicia justa’, la familia se movilizó por toda la geografía española recogiendo firmas, que entregaron a Rodríguez Zapatero. El caso fue incluso llevado a la pequeña pantalla bajo el título ‘Días sin luz’. Por su parte, el padre de la menor, Juan José Cortés, dio el paso al terreno político y fue nombrado asesor en materia de justicia del PP.