En un ambiente muy industrial, el diseñador ha hecho una promesa de futuro basado en piezas muy limpias. Vestidos ultrafemeninos con hombreras para ellas y camisas y pantalones short de vestir para ellos ha sido lo más visto en una propuesta muy elegante y 100% ponible. Un desfile que ha tenido un broche final de lujo bajo los acordes de Mario Vaquerizo, Alaska y Bimba Bosé cantando ‘Absolutamente’, que han convertido la pasarela en una auténtica fiesta de media mañana.
David Delfín ha querido mirar al mercado más comercial acercándose a él a través de colores básicos como el blanco, el negro o el piedra.
La mujer, como toda una working girl llega pisando fuerte sobre botines de vertiginosos tacones de aguja firmados por Christian Louboutin. Combinaciones geométricas en blanco y negro acariciados delicadamente por un toque de color de la mano de minicinturones verdes de charol.
Para ellos, muy en la línea del maestro, estructuras armadas con hombreras y una apuesta por el total look ya sea en blanco o en negro. El próximo invierno, Delfín ha dado un tijeretazo a los pantalones de vestir, dejándolos a la altura de la rodilla. Para combatir el frío, calcetines subidos, siempre conjuntados con sus indispensables Doctor Marteens. El look dos piezas se ha reinventando apostando por el mono masculino como gran novedad.
Las cremalleras han dado el punto de sofisticación. Han cubierto solapas y laterales en cazadoras y abrigos masculinos y femeninos y decoraban sutilmente la espalda los minimalitas vestidos con cortes muy clásicos, dando así un toque muy sexy. Una contraste perfecto del dorado metalizado con el negro.
Para la noche, el blanco llega para un toque de luz, una opción que ha levantado los aplausos del público, incorporando gasas tanto en los vestidos largos como en los outfits masculinos que, con el movimiento, simulaban auténticas auras.
Una colección muy trendy, alejada de cualquier extremos pero sin perder esa esencia que hace de este modisto ser uno de los más admirados.
Estrella Digital/EP